La arena de una playa en mis manos, es un reloj de arena. El viento recorre todo mi cuerpo y los años también van pasando...Miles de cosas nos prometemos a lo largo de esta vida pero, nos quedamos con algunas cosas y como dice la canción, somos polvo en el viento. Nuestro corazón bombea sangre y nuestra cabeza envía sentimientos. El pensar a ciertas edades ya tiene sus achaques en esta pelea de perros donde valga la redundancia nos resistimos a claudicar en la lucha diaria. Parece que el tiempo pasa más rápido; va tomando velocidad como en un tobogán donde el final todos sabemos...A veces entro el la quietud del tiempo; me detengo en esta carrera desenfrenada para tener un respiro y, pienso en ti; qué cosas estarás haciendo o qué pensarás...Pero de pronto cojo velocidad de crucero y en nada, me alcanza la noche donde me doy otro respiro. Así pasan los días esperando el invierno; como si mi reloj también cogiera velocidad como las canas de mi cabeza. A veces palpo lo efímero que es como tener un respiro al deslizarme por un tobogán, una caía, un adiós para siempre...
Cuando pensamos en el tiempo trascurrido y el que nos puede quedar por disfrutar se nos complica un poco el pensamiento.
ResponderEliminarLa ida pasa para todos y con ellas unas cosas se van y otras achaques llegan, lo mejor es aceptar y poner la mente a funcionar esa nunca hay que dejarla atrás.
Un abrazo, feliz semana.
Hay que estar muy activos para aprovechar el poco tiempo ya queda.
ResponderEliminarBesos de anís.
El tiempo acaba siendo quien decide dónde y cuándo llegamos. Una reflexión muy poética.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo también siento que el tiempo se me acaba. Un beso
ResponderEliminarMe llevaste a la canción de Bumbury del mismo título, aunque hablan en registros diferentes, la sensación fue similar.
ResponderEliminarSaludos,
J.