Pasan los días. Me deslizo por un pentagrama donde se escribe la melodía de mi vida. Unas veces las notan son altas y estruendosas y otras veces, son agua mansa que me da respiro...
La sencillez en la palabra tiene el honor de no complicarse mucho la vida. Pasan los días bajo la dicha de disfrutar de lo sencillo; aprecio cosas que te pueden resultar tontas o insípidas pero que para mi tienen un valor de intimidad. Sin embargo, la magia de las palabras sencillas flotan en este pentagrama donde la melodía es un sentimiento que me acompaña siempre. El sentir de la nobleza es una fuente misteriosa que me da paz y bienestar. Las palabras se fabrican pero no el sentimiento donde la razón se apoya.
La convergencia de la palabra con el sentimiento, las notas musicales y su melodía, forman una sola que se llama: Felicidad...
Muy inspirador tu entrada, en la sencillez, esa la felicidad. Un abrazo.
ResponderEliminarHas logrado lo màs importante. Un beso
ResponderEliminarLa felicidad está más cerca de lo que pensamos. Está en nosotros.
ResponderEliminarUn saludo con afecto.
Ese valor de lo íntimo es lo primero que se gana, pero también lo primero que se pierde...
ResponderEliminarSaludos,
J.