Entrar en otro año es como cruzar una frontera invisible. Desde hace bastante tiempo, las 12 me sorprenden en la ducha o durmiendo pero nunca con las uvas en la boca...Hoy he pensado en ti que estás tan lejos y ahora que te escribo, sonrío para darte mi mano. Esta ilusión se prolonga al año 2023 porque desde el 22, esto se estira como un chicle...Me gustan más estos detalles que los deseos. Quizá me leas cuando la soledad te lleve a encender el ordenador o estes buscando algo. Has de saber que ahora pienso en ti con el corazón en la mano porque eres única...Pasan los minutos con los segundos cumplidos y ahora me siento feliz en este mi regalo; como si fuese un beso que se pierde en el espacio para llegar a tus labios que son de fresa. Son las 20:51. Quizá las campanadas me sorpendan en manos de Morfeo pero aqui, desde la distante Córdoba lejana y sola, te envio este regalo como un beso prolongado que es todo mi afecto....Feliz Año.