lunes, 20 de diciembre de 2021

Antonio Casas

 

 

 Tengo un pájaro que anida en mi corazón cada Navidad. Me canta desde lo profundo villancicos de mi vida con recuerdos que asaltan...La sensibilidad siempre va de puntillas por la vida. Estas fechas son mágicas. Pienso mucho sobre esos detalles donde el corazón se ensancha con nobleza y el canto de mi pájaro, me llama. Sólo me apetece estar solo. El sentido de la Navidad es una confesión para con nuestro corazón. Personas de diferentes lugares del mundo ya son parte de mi sin conocerlas en persona. Me pregunto sobre la riqueza del corazón y todo converge en el canto de mi pájaro que con su misterio, a todos nos canta la misma canción. Dios es sabio y todopoderoso; su enormidad muchas veces es misteriosa y hasta nos puede asaltar el miedo a lo desconocido. La verdad es inamovible y nosotros tropezamos buscándola por caminos tortuosos muchas veces cuando todo parece ser que tiene una respuesta sencilla. Este pájaro puñetero no me deja en paz. Su canto es puro como el agua de una fuente y hoy, en el detalle de un amigo, ya sé el nombre de su especie pues es secillamente: AMOR. La palabra Amor es amplia, clara y pura pues quién se entrega a ella, conocerá la extensión inabarcable de de la sabiduría y lo que es el corazón humano con sus maravillas...


Para Antonio Casas.

Un maestro de escuela que puso su pasión en enseñar incansable y, compañero de pesca. Tiene 80 años y corre mas que yo. Su vida es la pasión de vivir el día a día y siempre dispuesto a enseñar. Nunca conocí a nadie con esa energía.


 

 

 Amigos todos: desde hace un tiempo no puedo haceros comentarios. Intentaré solucionar el problema. Tan sólo puedo escribir en mi blog.


Lo siento mucho



domingo, 12 de diciembre de 2021

Un respiro

 


Existen periodos de tiempo que se tintan de un sentimiento especial. Es como un resfriado que se puede identificar al contraerlo o una etapa de la vida con cambios para pensar. Nuestra vida interior se perfuma y de esa manera, caminamos a diario viendo las cosas de otra manera; algo así como si llevaras una gafas de sol tintadas con el sentir...y nos contamos cosas como siempre y nuestra intimidad se tiñe con nuestros pensamientos sin poder escapar de su influjo. Llegan los días de Navidad. Aparecen recuerdos rescatados y sentimientos antiguos que se repiten...Llegan las deudas del corazón, los baches, la emotividad y los sentimientos nobles que albergamos como personas con ese recuerdo de esas gentes queridas que ya no están con nosotros. La sensibilidad está a flor de piel para estallar en cualquier momento...y veo a mi madre que le pesan los años una barbaridad y veo a mi padre por estas fechas cuando en la Noche Buena lo ingresamos en el Hospital Provincial...y uno está indefenso mientras me desahogo con cosas que son sólo mías. En estas fechas cada persona perfuma su corazón con sinceridad. La soledad es buena consejera porque los pasos perdidos, son los mejor encontrados...