jueves, 28 de febrero de 2019

Fe de vida





 Hay un canto a la vida que nos llama. Sin apenas saber el por qué, la vida nos empuja como si fuéramos árboles de dicha...Nuestra alma quiere escaparse de la rutina que la acosa por cosas conocidas y, vamos por las calles con un presente  nuevo que quizá sea amor en toda su expansión. Los colores vivos se hacen sentimientos que fluyen desde infinito y, amamos amando sin pasado ni futuro; a cada segundo tal como si fuera una ansiedad sana e imparable...

Los sentimientos se llenan de alegrías por todo y hasta nos emocionamos. En silencio la vida sale a nuestro encuentro; descubrimos cosas que estaban dormidas en una inercia que anuncia la primavera. En silencio nuestro corazón grita su melodía con esa canción de ancestros que andan desorbitados; infantiles al sabor de un café o un buenos días...nos damos con placer a cada gesto, el sol brilla más aún si cabe porque nacemos después del tiempo pasado al fluir lo innombrable; lo inabarcable, lo que no es felicidad sino, un atropello.

No se si me creerás pero ayer mismo estaba así. El tacto tenía sabor y el sabor de la vida tiene ese mismo tacto. La mirada siempre atenta con el sabor del corazón en la mano, en la boca, en lo que se escucha y en lo que vuelve a la profundidad para decir firmemente que estoy vivo...




viernes, 22 de febrero de 2019

La esperanza es una paloma blanca






 Pasaban los días llenos de luz. La primavera se acercaba anunciándose el los brotes nuevos de su árbol favorito. El ruido de la fuente, los niños jugando en el parque...hasta el sonido del motor de los coches de la gran ciudad. Todo cuanto la rodeaba anuncaba vida porque llegaba la primavera. Ya era mayor. Su final era incierto a esa edad aunque se encontraba bastante bién de salud. Era limpia y bién vestida; con clase en el trato y educada con todo el mundo. Algún niño se le acercaba a aquel banco donde le daba de comer a las palomas para pedirle un caramelo...El guarda del parque le tenía cariño. A veces le traía de casa una bolsa de pan para que se lo diera a las palomas y ella, siempre recordaba su cumnpleaños para tener algún presente.

Como cada mañana Elena bajaba al parque. Estaba Manuel; un jubilado que le hablaba de los pájaros como si fuera un ornitólogo y en su vida tan sólo habia sido un agricultor jornalero; un hombre que le dió a su hija una carrera y nada más quedar viuda, se fué a vivir a la gran ciudad. Había gente que cruzaba el parque con prisas para llegar al trabajo y Elena los conocía a todos de vista; también ellos a ella...

Elena y Manuel tenían un secreto en aquel parque: una paloma que no podía volar y apenas andar. La guardaban en un cobertizo donde nadie entraba por estar en desuso. El guarda lo sabía con cariño y de aquel secreto nadie supo, hasta le dió una llave con candado para que la paloma estuviera segura. La paloma se llamaba Blanca Paloma por ser blanca. Todos los días le daban de comer semillas y agua fresca. El pobre animal ya no se asustaba de ellos. Nada más verlos cantaba el canto de los buenos días con felicidad...

Pero el tiempo no perdona y aquel guarda del parque se jubiló. Entró otro en su puesto; un desconocido que nada más verlo no traía ni buena pinta ni buenas intenciones; sólo leyes.

Una mañana a Elena se le vino el mundo encima llorando de pena. El cobertizo había sido forzado y Blanca Paloma, estaba muerta en un cubo de basura al lado; aún estaba caliente. Elena sintió odio por el asesino que mataba también su ilusión y con llanto se lo dijo a Manuel. Le preguntaron al guarda y este dijo que había sido el quién la mató porque le pareció que estaba enferma y por sanidad...Le advirtió que no echara de comer pan a las palomas porque la multaría aconsejándole también que viniera acompañada a su edad por un responsable de su familia: solo faltaba que dijera eso ese criminal.

Elena no volvió al parque nunca más. Los días estaban llenos de soledad. Nunca le dijo a Manuel donde vivía mas que nada porque jamás hizo falta. Los vecinos le vieron cambiar el semblante de un día para otro y había quién se preocupara por ella. Apenas salía de su casa solo para comprar comida.

Pasaron más días. A Elena no se la vía por ninguna parte pero la vida en la ciudad olvida a sus vecinos hasta que un mal olor salía de su piso: Elena había muerto en la soledad más absoluta...






lunes, 18 de febrero de 2019

Je t'aime... moi non plus











De todo este suceso ha pasado casi un año. Todo lo que cuento es real y sucedió en París. Por motivos paranormales no puedo escuchar esa canción ya que mi lascivia aumente de igual forma que la Luna influye en el hombre lobo. Ahora en este hospital investigan mi caso. El doctor me ha pedido que lo escriba todo detallado; como terapia al ardor que siento cada vez que escucho la canción:


Soy un señor de Murcia. Me dedico a la exportación de tomates. He viajado a París para visitar a un comercial encargado de distribuir mi producto por la región norte de Francia. Llevo ya dos meses en casa de Ninette; una chica muy a la Francesa que no me deja salir de su piso colmándome de cariños...Me gustaría salir a la calle, tomar un café en algún lugar típico, comprar algún regalo. Mi amigo comercial me visita cada dos tardes en el piso de Ninette y antes de irse siempre me hace un guiño. Todos los días hago el amor con Ninette al compás de una canción que me da ernergías por la mañana y por la tarde pero, no me deja salir a la calle; dice que me perdería o que me asaltarían cuando menos lo espere...Hoy me ha llamado desde su trabajo con palabras francesas que no entiendo pero si soy sincero, Ninette es un volcán en erupción y me pide, eso sí, que todos los días le haga gazpacho de mi tierra. Me dice que llegará a casa entrada la noche; que la espere...


Por fín salgo a la calle. París en primavera es hermoso y ya saben ustedes que la primavera la sangre altera y yo, soy furia española. Algunas chicas no llevan sujetador en sus camisas translúcidas...Voy anodado por las calles de París; ciego de amor...De un portal sale una morena que me sobrepasa dos cuartas en altura. El amor inunda mis sentidos y con mucho disimulo la persigo por las calles de París. Se le cae algo al suelo dejando ver un tanga negro que sobresale de la falda. Es preciosa. Quiero acercarme y decirle bonjour madame je suis Manolo el tomatero, de Murcia capital pero, no me atrevo. Debería de haber dejado este traje de pana en el piso de Ninette y ponerme algo mas acorde con los tiempos...

La sigo con los pasos y con la mirada; experimentando una erección incontrolada cuando ella entra en una zapatería, yo también...Es una morena de bandera; con dos melones que hacen de Murcia una aldea de pimientos. Toma unos zapatos y se sienta en un banquete.¡¡ Dios mío que piernas tiene la moza!!: Pienso. En la música ambiente suena Je t'aime... moi non plus. Los colores me suben a la cabeza y ella me descubre la mirada ardiente. Se sube un poco más la falda y me mira con mirada lasciva. Se inclina y no lleva sujetador. Suena su móvil. Responde: ¿Aló? pero de seguido habla en Español ¡¡Dios mío!! si es una ESPAÑOLA en París.

La canción me pone más a tono y decido acercarme:

-Perdone señorita me llamo Manolo ¿ y usted?

-Yo me llamo Francisca y soy de Murcia. Que alegría encontrar a un Español en estas latitudes.

-¿La puedo invitar a un café?: Digo en tono de media vergüenza.

- Poqué no

Salimos de la zapatería como cogidos del brazo y al salir, nos encontramos con Ninette que viene en mi busca. Empuja a Francisca que cae al suelo enseñando el tanga y a mi me patalea las espinillas. La gente se agolpa a nuestro alrededor y yo no se qué hacer. Ninette grita que es la berdulera del barrio y Francisca grita que a mucha honra. Las dos se enzarzan tirándose de los pelos. En esto se presenta la policia que me pide explicaciones. Yo no se hablar francés. Me dan ganas de salir corriendo y Ninette me echa la culpa de todo...Me llevan detenido.

En el calabozo intento aclarar el atercado y nadie me entiende. Al lado de mi celda está una policía: la comisaria de aquel distrito. Me da un café y me mira con ojos dulces; casi cariñosos guiñándome un ojo. Por la radio suena otra vez la canción Je t'aime... moi non plus. Ahora soy un toro Miura y la comisaria entra en el calabozo y hacemos el amor. Pienso que esa canción francesa tiene poder sobre mí y la comisaria dice que es su canción favorita...hacemos el amor repetidas veces toda la noche: es una mujer insaciable y al amanecer pierdo la razón; ya me sé de memoria la canción y la canto como si fuera un poseso.

Me extraditan a España en una ambulancia donde el conductor también escucha por la radio la canción. Me suministran bromuro cada dos horas y me ingrasan en este hospital de Murcia; de donde jamás tendría que haber salido...

Esta es la historia de mi viaje a París. Ya no tengo ni huerta ni futuro. Una compañía de cine porno me dice que me haré rico y famoso con pasta en el bolsillo y yo, qué quieren que les diga...cada vez que quiero dormir, escucho en mi cabeza esa maldita canción y una floristería de la ciudad, como si fuera un suspiro de una mujer, me trae de vez en cuando un ramo de flores desde París...



miércoles, 13 de febrero de 2019

Naturaleza de amor




Amor, es la pureza que desprende el brillo de sus miradas. La noche abre puertas de sinceridad desvelando a unos ojos cerrados el secreto de su propia luz. El tiempo encuentra la tranquilidad y su alma el sosiego para enriquecerse a cada instante. La vida se detiene mostrando su mejor sonrisa; hace una parada en la noche dando ejemplo de como se puede vivir eternamente en el corto intervalo de un segundo.

Sueña con acariciar su piel. Ella esta dormida junto a el. Sus manos se pasean por la espalda tratando de no romper el hechizo o tomándola sutilmente y derrochando sentimientos de amor. Ella sigue dormida junto a el. En este sueño se convierte en el aire que respira buscando en su interior la pureza que derrocha su mirada.

Todo se hace una novedad cuando entra en el corazón. Espera encontrar lo bueno que esconde el mundo y lo primero que halla es un aluvión de pensamientos e imágenes desconcertantes sin poder ver bien su origen. Siente miedo a lo desconocido y a hacer frente a una realidad que se muestra tal como es. Por un lado encuentra pensamientos y sentimientos nobles que dan una clara visión de grandeza y por otro, esta lo negativo que hay en ella hiriéndole como las espinas de un rosal.
Su intuición le dice que debe de profundizar aun más y conforme va bajando todo ese entramado se va volviendo más sencillo y menos complicado. La sensibilidad de ella se hace la suya despertando su lado femenino y enriquece a pasos agigantados sin poder alcanzar lo que la ciencia quisiera retener. Todo lo que le falta ella lo tiene hasta saciar lo incierto que hay en el. En toda esa grandeza, encuentra la necesidad de una mujer que la ayude en su camino. No sabría explicárselo mejor porque al ver su parte mas rota, experimenta un dolor que le hace cómplice de su pesar y reparador de algo que solo puede aliviar. Se esfuerza por hacerle saber que esta a su lado siendo como ella el complemento que une varias vidas. Todo es en vano cree que ella no esta en su interior.

Aun hay algo en este sueño que rompe sus esquemas. El se convierte en la persona que es devolviendo a la cama el peso existencial y ella es ahora el aire que entra en su interior.
Recorre cada rincón de su pensamiento haciéndole ver quien es en realidad. Observa sus miedos, sus frustraciones, las mentiras , el rencor, sus limitaciones...Todo queda al descubierto y no sabe si ella le seguirá amando. Sigue bajando por el túnel de su corazón con el valor que el no tuvo. Le muestra la verdad, el valor y la nobleza que tiene (Toda su autenticidad se hace omnipresente). La realidad traspasa el sueño y le hace ver que esta cargado de nobles valores al igual que ella. Todo un mundo por explorar. Se sumerge en los recuerdos e intenta curarle las heridas. Quiere hablarle pero encuentra el mismo silencio del pricipio. La expectación aumenta sobre cual va a ser su determinación al conocerlo y piensa que ella es mas importante que el.

Cuando por fin abandona el corazón siente en los labios el beso de una mujer madura que lo quiere y acepta sin palabras.
En el amanecer, este sueño se evapora cuando comienza a sonar el teléfono. Despierta con un presentimiento y al contestar la llamada, escucha su voz.

Buscador



Rozando lo que era nada y silencios




Hoy me he sentido habitante de un páramo. No había nada definido, tan sólo confusiones de cosas poco claras en mi corazón...Pero cuando el caos me acecha, doy gracias a Dios de retomar mi vida y así, de un empuje, me hago más fuerte y conocedor de aquello que no me dejaba vivir. Uno madura poco a poco deleitándose con los frutos recibidos. Parece ser que la vida es una contínua búsqueda por la que muchas veces se paga un precio y casi siempre, los mejores pasos encontrados son fruto de mi soledad y de mi silencio. Ahora juego a juegos que no me permitía jugar siendo la vida tan sencilla como es...



domingo, 10 de febrero de 2019









Cuando el desierto
es soledad buscada,
tu silencio habla.
La noche y el día
se perfuman
de tu perfume.
Entonces sin saberlo,
ya soy libre...


Me deslizo por mis adentros como quién va de puntillas por la vida. Tengo un presentimiento; una intuición que quiere ver la luz de mi conciencia pero el ruido de la razón me molesta. Poco a poco entro en mis silencios oscuros donde la palabra se hace nada, tan sólo es un invento. Algo ha madurado en mi interior pero estoy perdido en conjeturas que van a ninguna parte. No puedo retroceder. De la nada nace el miedo que deshago con un golpe del corazón y vuelve la nada; un vacío infinito para rescatar, un significado que me lleva allí mismo cuando unos labios de mujer, mojaron los míos plenos de promesas...y ahora con este sentimiento busco y rebusco en la estancias vacías de mi alma y no hallo otra cosa, mas que tú y sólo tú...





domingo, 3 de febrero de 2019

La voz de un niño




Mi mamá me llama todos los días muy temprano, casi al amanecer. Me llevan a Córdoba porque estoy malito y allí hay un médico que según mi madre me va a curar...Todos los días llega un chofer con otras personas también enfermas y subimos a un monovolumen para que nos lleve al hospital. Las mañanas son frías. De mi boca sale una nube de vapor como si fumara; juego con mi aliento en brazos de mi madre pero ella me tapa la boca porque teme que me resfríe. Todos los días conozco a gente diferente de mi pueblo que va al hospital. Mi madre a veces llora cuando habla de esta enfermedad. La radio del coche no deja de hablar sobre cosas que comenta la gente y mas que nada, habla de gentes que son sinverguenzas, de personas que son malas y de las necesidades que pasan la gente pobre. A veces cuando hay miucha gente en el coche, voy abrazado a mi mama. Siento el calor de su pecho como si fuera la calefacción del coche y sus labios en mi cara cuando me besa. Salimos del pueblo cuando el sol no sale todavía. Mi mirada se pierde por la ventanilla viendo como nos adelantan los coches o nosotros adelantamos a camiones que van al extrangero según el chofer y yo quiero ser mayor porque me gustaría conducir. El hospital no me gusta. La enfermera siempre me da cosas para que juegue. El otro día me dió un guante inflado que parecía un pollito y otras veces me da un papel para que pinte. Hay mucha gente esperando a esa máquina que me da radiaciones para matar los bichitos malos de mi cuerpo y ya me faltan 14 sesiones para terminar de curarme.

Casi llegando a la ciudad, el sol asoma por el horizonte. Es rojo a veces como un tomate y los campos de olivos o verdes por la lluvia se dejan ver. Siempre en el kilómetro 16, hay una torre donde viven unas cigueñas. Les tengo puesto nombre. Mi mamá me dice que vienen de muy lejos pero el chofer nos cuenta que ya pasan aqui todo el año. A veces la veo volar como si planearan a la vuelta, cuando no hace tanto frío. A veces el silencio me da tristeza. La radio del coche me da tristeza y no me gusta que la gente me mire con tristeza porque estoy malito. Me dusta ver las lucecitas del coche como si fuera una nave espacial y me pierdo en sueños soñando que soy un astronauta. Me duele el cuello. Se lo digo a mi madre y ella se abraza más ami cubriéndome de besos que a mi me dan más tristeza. La señorita de una sociación que ayuda a los enfermos dice que soy un niño muy sensible. Ella me hace reir mucho, se llama Susana. Pero cuando amanece, quiero que mi madre me despierte para ver las cigueñas y al regreso, parece que abandonan su nido para comer. A veces el chofer me sienta delante con el. Me pone música y me rio mucho cuando me enseña las marchas del coche; una vez, cuando salíamos, me dejó que metiera la primera y yo lo hice con mucha ilusión. Sueño por las noches por llevar un coche de mayor. Me faltan 14 sesiones para curarme y el chofer me dice que me llevará a pescar y que en una explanada me dejará el coche para que yo lo conduzca. Mi mama siempre tiene los ojos llorosos y mi padre no sonrie...