miércoles, 26 de julio de 2023

A las puertas de lo que será

 


 

  Ahora estoy en el vientre de mi madre antes de dar a luz. Durante nueve meses he estado protegido en la inopia más absoluta. Hoy es un viernes del año 1968 y algo sucede porque naceré al amanecer del dia siguiente: el 27 de julio. Mik Jagger ya está crecidito y celebra su cumpleaños 25. Mis padres y mi hermana Chon esperan mi llegada. Mis dos hermanos venideros están aún por gestar Antonela pasados casi dos años y mi hermano Miguel Ángel pasados los 20: Vino con retraso pero es muy inteligente. El amanecer de un mes de verano refresca algo el ambiente. Mi casa es humilde; se vive de lo que se trabaja y creo que Doña Claudia fué mi matrona. Esta casa donde nací aún se mantiene en pie y yo soy vecino de ella. Los amaneceres siempre me gustaron y desde hace años me cogen  en este trabajo que tengo tan madrugador. Ese sábado del 27 de julio a mi padre le tocaba trabajar y se esperó para saber que lo que venía al mundo y era un hijo varón suyo...luego partió para Córdoba lejana y sola...


Mi madre ya no está bien pero sí atendida por mi hermana venidera Antonela y mi hermano Miguel ángel el mas tardío; mi padre ya murió. A esta edad que tengo nunca sabré lo que es ser padre pero no me arrepiento porque según los tiempos que corren, lo venidero no es nada bueno para un niño. Los recuerdos de mi infancia nunca me abandonan porque fueron felices a pesar de la escasez. Mañana será 27 de julio a la hora que mi padre y yo en herencia de trabajo, partiré para Córdoba...Vivo solo. Mi familia cercana están repartidos entre Antequera y Córdoba pero no me siento solo pues de la soledad aprendí a ser feliz. Esta tarde me adelanté a un parto y el año que viene otro más será. Si tuviera el teléfono de Mik Jagger nos felicitaríamos mutuamente pero bueno, otro año será si Dios quiere...y estamos vivos.


Soy coqueto por eso pongo esa foto.

 


 En esta casa, el balcón de la izquierda, da a la habitación donde nací.





lunes, 10 de julio de 2023

Jazz en mi pensar

 


 

  Puedo imaginarte y soñarte; recrearme en mis momentos de soledad donde el silencio de llena de imágenes pasadas...Y observo tus ojos que me miran, tu silueta bien cuidada y hasta el tono de tu voz que se me antoja profunda. Doy vueltas y más vueltas a mi pensamiento como si fuera una noria que nunca se cansa de girar por mis centros para terminar abrazado a la nada que es un pozo oscuro donde ahora me recreo. Llega la noche a mi azotea. Los sonidos de la calle enmudecen, el aire es cálido y en las casas la gente se prepara para caer en manos de Morféo. Formas parte de mi ser, caminas cuando camino y me escuchas cuando te hablo. Sonríes con las cosas que te cuento y estás atenta a mi música sintiendo cada nota a mi manera de ver la vida. Mi vida se acerca a otro ciclo más para iniciarse el 27 de julio al amanecer de un verano del 68...Aquí estoy de nuevo leyendo mi pensamiento. Me detengo y en mi equipo Pat Martino toca otro de mis temas favoritos. Miro el reloj y es justo la media noche...mañana será otro día.

 

 

sábado, 1 de julio de 2023

Una bicicleta sin frenos

 

 

 Hoy tenía prisa en escribirte porque llevas mucho tiempo ausente...El tiempo pasa mas a prisa en mi pensamiento y quizás sea todo por ansiedad. Son tantas las cosas que quiero decirte que mi corazón es un cañón lleno de pólvora prensada para ser disparado. Las prisas no son un buen consejo pero es cuando nuestro reloj interior se vuelve loco buscándonos en ese instante donde yo estoy más solo como la una...La gente me pregunta que a dónde voy corriendo de esa manera y la inercia que llevo no da explicación a nadie...y es que a veces cojo velocidad como si estuvieras subida al manillar de mi bicicleta y tu sonrieras como en una película en blanco y negro...

Llega el momento y las prisas se detienen; hacen un lapsus y me río de mi mismo. Estoy sentado en el borde de un peldaño y una hoja del suelo en mi mano mientras veo a la gente con su velocidad cotidiana y dos niños jugando a la guerra. Llega el verano y después el otoño para desembocar en el invierno y no me bajo de mi bicicleta sin frenos porque sigo esperándote Maribel. Ya son 21 años hablándote para mis adentros y tú, lejana y sola, sigues siendo esa chiquilla que un día me enamoró y que por falta de mi timidez, sigo rolando con prisas o detenimiento, con esperanza o con el sueño de volverte a ver...