domingo, 16 de agosto de 2009

Cuento a Miguel

IMAGINO MIGUEL CUANDO SEA MAYOR Y ME RECUERDE.....
El viento silbaba tan melódico como lo hacia Wim Mertens en una de sus melodías. Las hojas secas, bailaban dentro de remolinos de aire evocando la rebeldía de su niñez mientras que el Otoño de su mirada, languidecía en un suspiro antes de dar paso al Invierno. Todo era cansancio y quietud dentro de su pensamiento. La vida le había enseñado muchas cosas pero el saber más importante, se le había escapado de entre las manos como la fina arena de una playa. Miguel ya era mayor. Su recuerdo volaba como una de tantas hojas marchitas que arrastraba el viento... fue entonces, cuando aparece en el recuerdo su tío Domingo.
Los cuentos de su tito Domin se guardaban en la memoria aunque las más veces, el paso del tiempo lo engañaba y confundía hasta sacarlo de quicio. Miguel ya no era Miguelito y como su tito decía, ¨ La vida es una noria que no deja de dar vueltas y mas vueltas...siempre lo mismo y todo por aprender ¨ (filosofía barata). Los sonidos de aquellas palabras se mezclaban con la fantasía de una persona madura pero la ilusión de aquel niño, siempre perduró. Recordó un cuento que empezaba así:

MOSCAS EN LA CABEZA
Miguelito tenia decenas de moscas en la cabeza !!que digo decenas!! cientos y cientos de moscas. Eso le decía su tito Domin. Las tenía verdes como los mocos de su nariz porque eran ecologistas, azules como el mar porque eran de ciencias marítimas, las tenía negras como la caca de su culo porque investigaban el universo y también, las había perfectas por ser matemáticas. Precisamente estas últimas abundaban más que las otras y podría decirse que en la cabeza de sus padres, también había un gran número de moscas perfectas. En la cabeza de su tío Domingo abundaban más las moscas con forma de letra porque eran literarias y también las que zumbaban melódicamente por ser musicales.
Una noche, mientras dormía con la mosca del sueño, Miguel soñó que tenía en su poder la mosca del saber. Se la había robado al genio de la sabiduría que era un hombre de cabeza tan grande como la rueda de un camión y el cuerpo tan delgado como un mondadientes. La mosca se llamaba Abundancia y era prima de otra que era mas simple y que se llamaba Abundia. Cuando Miguelito quiso incorporar en su cabeza a la mosca del saber, sintió como su cuerpo se ponía cada vez más delgado y su cabeza cada vez más gorda. De pronto, Miguelito comenzó a ver las cosas de una manera diferente y su inteligencia crecía y crecía aún más. La verdad de todo desfilaba ante sus ojos con la claridad que antes no tenía. Sus ansias de saber se mutiplicaban por 20 y la rapidez de su mente, se disparaba a mil por hora. Tomó en cada mano un lápiz y en dos hojas de papel, escribía por separado las ecuaciones más difíciles de matemáticas...Miguelito lo sabía todo.
El genio de la sabiduría estaba muy enfadado por perder su mosca y cuando se enteró quien había sido el ladrón, fue a hablar con la mosca del sueño para que Miguel despertara y se la devolviera. Fue imposible. Miguel no cedía ni por todo el oro del mundo. Llorando pedía que lo dejaran en paz hasta que comprendiera el infinito saber de todo.
Todo termino cuando su madre lo despertó. De un salto, se incorporó en la cama dando gritos y más gritos. Todo el saber que creía tener lo ocupó Abundia y Miguel, llorando como solo el lo sabe hacer, decía: ...!!!MI MOSCA !!! !!!!!MI MOSCA!!!!! ¿QUE ES EL INFINITOOO? ¿CÓMO PUEDO ENTENDERLO AHORA? JUAAAAA JUAAAAA JUAAAAA . Pero cuando se calmó abrazado a ella, sintió el amor protector que se podía tocar y eso, no tenía precio ni ocupaba saber.

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