jueves, 7 de marzo de 2013
La crueldad
Aquel día George no se encontraba bien. La noche anterior tuvo pesadillas y durante toda la jornada se sentía como inquieto, con un vacío que el interpretaba como soledad. El trabajo era estresante por momentos y la lluvia no ayudaba muchos con los ánimos. De vez en cuando pensaba en Stela, aquella mujer madura que conoció en un chat. Se sonreía a veces acordándose de su conversación y tenía ganas de volverla a ver. Recordó un árticulo donde advertía que la gente que se relaciona en un chat suele dar demasiada importancia e incluso valorar equivocadamente a su interlocutor...Pero a George le agradaba mucho el misterio y su imaginación se desbordaba en juegos de palabras que en definitiva, eran sus pensamientos...
Llegó del trabajo y en la TV no había nada de particular. La cena fue breve, apenas un bocado de nada. Tenía ganas de desahogarse y hasta de llorar. Necesitaba hablar con alguien y que lo escuchara porque el desánimo era una marea de sentimientos más espesos que la tristeza...
Conectó el ordenador y un correo le hizo sonreir. Era de su amigo Jeff. Le contaba y le narraba la manera de conquistar a las damas en un chat para verle las tetas. Pero el era un poco soso en su mejor ánimo y solterón de por vida. Se acordó de Stela y sin más dilaciones, entró de nuevo en aquel chat.
Allí estaba ella, explendorosa y realmente encantadora. La saludó con un tímido ¡ hola, buenas noches! y ella le respondió.
La noche se hizo agradable. Jamás había hablado con mujer de cosas tan cercanas como lo hizo en la primera media hora. No conocía su rostro, tampoco su nombre...ignoraba donde vivía y a qué se dedicaba, pero desde la distancia más infinita, sabía que ella estaba allí; escuchándole como nadie lo había hecho en su vida. Llegó la madrugada, casi las tres y George y Stela no querían despedirse porque sería como dar paso a la soledad...
Pasaban los días, las semanas y hasta un mes. George la echaba de menos en el trabajo y fuera de el. Paeaba por las calles de la ciudad pensando y soñando cosas que le decía en la intimidad y...ardía en deseos de verla aunque fuera solo por webcam. Las noches se daban la mano a altas horas de la madrugada y los días eran agotadores por falta de sueño.
Una noche acordaron con verse por camara. Ella decía que no era nada en particular y que sentía pudor por mostrarse. George admitía estar nevioso y que era un tímido incorregible. Stela se confesó que nunca había estado con un hombre que le diera ese calor que tanto necesitaba y que deseaba verlo desnudo. Todas las noches antes de dormir Stela pensaba en George y George en Stela.
Daban las tres da la mañana y por fín George se decidió por ser el primero. Ella decía que estaba semidesnuda y muy ardiente. George puso su cámara en pleno éxtasis amoroso y Stela, no era Stela sino la clientela de una bar de carretera que se morían de risa por ver a un tipo que cruelmente fué engañado.
Fin.
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