martes, 8 de diciembre de 2009

La soledad

Mi memoria y
el olvido
tienen una disputa.
Memoria de ser tú y
olvido por desearlo yo.
Vuelas dentro de mí y
antes estabas fuera:
en todo te palpaba.
Ahora sólo estás por dentro.
Quizás, porque todo lo que fué
empieza a corroerse como
si tu memoria y la mía,
se deshacieran en
hierros oxidados;
como si poco a poco
esta errumbre del pasado
diera un respiro a
un aire nuevo,
aquello que antes
era memoria, ahora
después de todo lo pasado,
comienza a llamarse
olvido...

3 comentarios:

InsolenZe dijo...

Todo se archiva en el trastero de nuestra memoria, aunque sea en lo mas recondito de ella, en el rincon mas apartado, es nuestro patrimonio personal, pero no, lamentablemente no se olvida, alguna vez a lo largo de nuestro existir, el mejor o mas desastroso recuerdo nos vuelve a martillear a tiempo de hoy, como si todo fuese reciente, pero afortunadamente, es un recuerdo, pronto se re-olvida.
Gracias por ser seres humanos, despues de ese archivo, volvemos a limpiar de ese polvo y esa errumbre de la que hablas nuestras estanterias para que nuevas cosas, nuevos deseos, sueños y eventos vuelvan a sacarnos ese brillo personal, bien a modo de sonrisa o a modo de aderezo personal se vuelvan a mostrar...
A mi muy a mi pesar me gustan los olvidos, porque antes hubo algo VIVIDO y SENTIDO.
Un beso compañero de palabras.

Buscador dijo...

En esta poesía el olvido tiene otro significado. No es la memoria. El olvido consiste en que esa persona querida ya te da igual (aunque no la olvides en tu memoria, porque no recordarla es imposible).
Hay gente que me dice que le encantaría olvidar y no saben esto que te digo. ¿Como hacerlo?...requiere su tiempo. Solo es cuestión de ponerse a la labor y coger el toro por los cuernos.

InsolenZe dijo...

A eso mismo me referia, por ahi acabo de pasar... porque a mi......... ya me da igual precisamente esa persona.
Besitos.