20.03 de la tarde

Nos nos engañemos. Las doce de la noche son un punto y seguido en nuestra vida. Quién es cenicienta seguira siéndolo y también lo será un pijo con todos sus millones. En esta tarde de lluvia y tristezas, mi corazón se vuelve a ensanchar por toda esa riqueza de pensamientos insustituibles que nos hacen ser seres pensantes. No me refiero a la marginalidad de la cenicienta y tampoco a la riqueza de un millonario...me vuelvo referir incansablemente al ser humano y su capacidad increible de salir de la miseria de todo aquello que lo hace ser un desgraciado. La enfermedad sin embargo, es algo que quién la padece necesita ser ayudado y, mucho... En verdad que creo en el ser humano y por muchos motivos merece la pena de darse a conocer. El valor y la nobleza son cosas que van unidas por dar la cara pase lo que pase...
Ayer por la mañana el centro de Cordoba estaba casi vacio de gente y algunos mendigos se fumaban un cigarrillo cubiertos en mantas. La mayoría de mis recuerdos por las calles de Córdoba son caras de gente que no tienen nada. Hace tiempo que no veo a una mendiga que tenía aires de ser una mujer con clase y me admiraba mucho esa brisa de distinción. También veo caras nuevas que van mendigando por ser gente trabajadora que se han quedado sin nada y Diós sin duda no los olvida por querernos a todos nosotros...
Este año que entra será más duro que el anterior y mucha más gente conocerá la necesidad. Por muchos motivos soy creyente en Diós y las cosas que poseo no me fueron regaladas. Me pregunto muchas veces por el precio que tengo que pagar para llevar mi pensamiento a la humildad; de qué manera puedo sentirme una persona más útil para conmigo y los demás. Tengo amigos que me lo demuestran a diario y en ellos me apoyo.


Mi admiración por toda la gente que es de verdad.