Qué dolor es la despedida siendo a ciegas el tacto. Maldito el pañuelo que agita el final y la lágrima perdida que se perderá. Perfume de sentimientos que se retienen en un instante, tan largo que dura hasta el fin de los días. Maldito el momento de decidir el adiós y maldito sea lo maldito....
sábado, 22 de marzo de 2014
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