martes, 5 de julio de 2016

Saber antes de morir



Navegando con su pelo al viento, no se sabe lo que vendrá...El mar es una música que se sigue sin apenas adivinar aquello qué nos depara.

Ella, mirada al horizonte, apuntaba con sus pechos un rumbo con valor a lo que sucederá y aquella travesía, tenía malos augurios para navegar pero ella, era indomable de espíritu como quien ahonda en su corazón. Buscaba verdades del ateo y de la biblia que tan sólo se buscan en la adversidad de los corazones. Con hambre canina estaba dispuesta a verse las caras con el destino y aquel destino, era la tormenta y el mar...

Dias antes, Susan proyectaba una aventura a vida o muerte; algo existencial para afianzarse aún más a la vida que la vió nacer. Deseaba ponerse a prueba con las fuerzas de la naturaleza y en ese litigio, hallar en su corazón el motivo y la explicación de por qué cosas tan simples, se hacen complicadas en su búsqueda...

Susan tenía los días contados en un reloj que da marcha atrás antes de morir. Necsitaba en vida una prueba sublime a traves de la cual, tantas y tantas dudas se solucionarían si su pellejo adelantara su muerte con la mala suerte de que todo saliera mal...

El oleaje por momentos cogía altura y yo manejaba el timon lo mejor que podía. Susan, con los primeros rayos de la tormenta, se quitó su camiseta para mostrar su pecho desafiente a la naturaleza, con los brazos alzados en un continuo vayven de babor a estribor, puso su alma y su cuerpo a la ley natural de la vida. Yo intentaba capear el temporal para no caer ahogados y le gritaba ¡¡estas loca,estas loca!!...

Una ola nos derribó a los dos. Susan sangraba por una mejilla y yo me rompí un brazo. La tormenta no cesaba y yo me arrastraba hasta ella como podía para protegerla y ella, siempre ella, me dió un beso cuando lo menos que esperaba era que se lanzara al mar...

No comprendo la naturaleza del ser humano. Si algo aprendí si ha sido del valor de algunas personas cuando adelantan su muerte buscando algo que bulle en su interior...El cuerpo de Susan fue rescatado ya sin vida a una milla de distancia y en su boca, jamás se le borró aquella sonrisa de quién alcanza lo que persigue.


5 comentarios:

Amapola Azzul dijo...

Lindo relato. Besos.

Gladys dijo...

Siempre he pensado que hay que ser demasiado valiente para determinar, partir de este mundo antes de que te llegue tu hora naturalmente, una historia que se repite a menudo en todas partes del mundo.

Patricia dijo...

A veces las cosas mas sensillas aparentan esa complejidad...quizas a veces necesitamos enfrentar la tormenta del mar o embarcarnos en aventuras...Porque es en esos momentos que en realidad aprendemos a subir un escalon mas hacia Dios y la libertad...al final; la muerte no existe y todo es continuacion...

Ohh como me encantan tus relatos, tus unicos detalles al relatar hacen que sea un placer leerte.
Mi apoyo amistoso a tu corazon por lo de tu papa,
besos,

Sara O. Durán dijo...

Gran relato. Hay personas así, aventureras, indomables e impacientes; que se lanzan a desligarse de todos los miedos de un solo acto.
Un abrazo.

jfbmurcia dijo...

Vidas marcadas por la desdicha, vidas al borde de un precipicio, vidas que, poco a poco, están dejando de serlo. Saludos.