lunes, 11 de junio de 2018

Pacto con el diablo




El fín se acercaba y el lo sabía. La maldición del destino se volvería a cumplir pues a cambio de la sabiduría, llegado un momento, debía de ofrecer su vida pero antes de todo eso, cuando era aún joven, tenía que matar y dar sus ojos para satisfacer al demonio...
El ciego tenía luz en su corazón. Tropezaba con todos los obstáculos y hasta se caía al suelo pero, su corazón tenía luz propia....Con mirada ciega, el horizonte de su corazón era inalcanzable y tan bello, que de su boca tan solo tan solo afloraba la poesía.
Alguien quiso saber de el para imitarlo. Jamás tropezaba y su vista era de águila pero su corazón se hería continuamente con padecimientos. Ansiaba tener la felicidad del ciego pero no encontraba respuestas. La envidia le corroía el alma pero, ¿cómo podía tener el Don de la poesía si para todo el mundo era la perfección de no tropezar con nada del mundo exterior?...Cansado de dar vueltas y mas vueltas decidió acabar con el ciego porque su ejemplo ya le molestaba...y satanás acudió a una nueva cita.
Lo enpujó al borde de un precipicio rocoso y el ciego murió asesinado. A partir de ese momento, las noches se llenaban de fantasmas y no podía dormir. El fantasma de la conciencia le carcomía el corazón y el de la locura le acechaba en cada rincón de su pensar...Se arrancó los ojos creyendo que así no tenía alucinaciones pero aquellas imágenes que se repetían y se repetían, jamás cesaban. De todos estos y más padecimientos, un día de sinceridad para sus adentros pudo tocar la bondad de su corazón. Jamás se separó de el y fué tal su visión interior, que tropezaba con todas las cosas que antes no tropezaba....

Llegó a ser sabio y viejo en edad pues de su boca tan sólo afloraba la poesía hasta que alguien, quiso ser como él sin saber como. El pasado le volvió a visitar  arrastrando una pesada cadena cuando de un golpe de envidia, la historia se repitió y a ese alguien, el destino  le  volvería a pasar la misma factura...

El demonio acudió a otra cita...




1 comentario:

Paula Cruz Roggero dijo...

Muy buena historia amigo, y la vida en realidad siempre te devuelve lo que sembrás... como reza el dicho, cosecharás tu siembra...
Excelente.
Besos al alma.