La ausencia venidera, es de alguna manera el anuncio de la soledad...
Te rompiste la pelvis el día 1 de enero con los 80 años cumplidos y remontar la convalecencia, te ha costado mucho; muchísimo. Voy a verte muy de vez en cuando a Antequera y te alegra de que vaya con palabras cariñosas donde las madres adornan el corazón de sus hijos. Pero estoy viendo que vas cuesta abajo y que te voy a echar de menos cuando digas el adiós más definitivo. Te gusta mucho que te ponga música de la que me gusta y le pides a Miguel Ángel que te la descargue para escucharla más veces. Observo tu mirada infantil persiguiendo cada nota y tu sensibilidad y la mía se unen es ese momento. En estos días los recuerdos se visten de sentimientos. Quizá sea la primavera donde su color da pinceladas de esas cosas íntimas que guardo y no digo o que la emoción de este momento, hace que te hable en la distancia. Te he escrito muchas veces y no he sido capaz de enseñártelo porque lloraríamos. No soy un hombre muy madrero pero tengo detalles tuyos que se hacen míos cuando el recuerdo acude. Tu ausencia se llamará muerte en día menos pensado y la soledad me perseguirá durante unos días cuando a este niño jamás se le borre de la cabeza el nombre de Matilde... Mi mamá.
4 comentarios:
Te digo lo hace un momento en mi blog, magnifico relato a esa mujer que te dio la vida.
Disfruta mientras este contigo.
Un beso.
Disfruta de ella mientras la tengas contigo, no desperdicies un momento.
Aprovecha el momento. Mi suegra murió tras una caída. Claro que tenía 95 años. Un beso
Mientras esté en vida, todo, todo y todo, luego será tarde.
Un abrazo, amigo
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