A veces los pasos perdidos son los mejor encontrados con los recuerdos...
Aquellos bancos casi oxidados son parte de mi vida. Pertenecían al salón de mi instituto y en el de la derecha di mi primer beso, repasaba la lección antes del examen o le di la primera calada a un cigarrillo. Han pasado 30 años y ahora están para el desguace porque hay otros más modernos que los sustituyen. He buscado mis iniciales grabadas en la chapa con un trozo de alambre y siguen allí como si el tiempo no hubiera pasado. Mis dedos han acariciado las muescas de la pintura y se me ha puesto el vello de punta. También están las iniciales de un chico que ha muerto hace poco pero que aún vive en el banco de en medio y también están los recuerdos de chicos y chicas que no he vuelto a ver porque marcharon al terminar C.O.U.
Sopla esta tarde un viento frío que viene del norte. Los muebles viejos se amontonan junto a este banco; son testigos mudos de generaciones pasadas; ecos de recuerdos que se repiten sin cesar y, me veo aún joven sonriendo cambiando cintas de cassette de grupos que ahora siguen sonando en la radio y mi mirada llena de imaginación vuela detrás de aquel joven con imágenes nítidas venidas del fantasma del tiempo...
¿Qué me ha pasado? ¿Por qué sufro con el recuerdo ? Si hace nada tenía buen ánimo y ahora, una chapa oxidada para la chatarra, me ha devuelto a la juventud...Sigo pensando que los pasos perdidos son los mejor encontrados...
4 comentarios:
Hay paso que hay que dar sí o sí. La vida es un continuo caminar. Un abrazo.
Ese montón de pupitres y trastos son parte de tu vida, es decir, de tu tiempo.
No creo que haya pasos perdidos, suelen llevar adentro, y no hay mejor lugar. Un fuerte abrazo, amigo.
Las cosas permanecen. Las personas se van. Un beso
La juventud aún la llevas en el corazón, no tienes por que sufrir, fuiste feliz.
Un abrazo.
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