miércoles, 8 de mayo de 2024

Harry Lowen

 

 

 Estaba ya cansado. La gente llenaba el circo con ese murmullo de voces y de niños que entraban en el camerino de la rulot. Aquel vocerío siempre era el mismo y aquella, era la última función después de 60 años para hacer reír; 60 años casi de los mismos chistes y las mismas expresiones que tanta fama le habían dado. En esos momentos era el hombre más solo del mundo. Mientras se maquillaba, la mirada le decía que era lo que pensaba como algo que rebota para entrar de nuevo en la cabeza...La rulot llevaba impresa su fotografía siempre sonriente con letras grandes que decían que era el payaso más famoso del mundo: "Harry Lowen" (así se llamaba) ; aquel nombre lo perseguía como una maldición para obligarlo a estar siempre de buen humor. Aquel día, era el de su jubilación. Su mujer, sus hijos, sus nietos y demás familiares asistían al espectáculo. La T.V. emitía en directo pero a Harry le pesaban los años y el ánimo...

La orquesta del circo comenzó a interpretar la música de su show. Abrió una cajita que siempre la tenía para momentos de urgencia. Aspiró una raya de coca de la cual ya estaba enganchado. Se puso de pié, se colocó la peluca multicolor y salió de nuevo y por última vez a la pista para hacer reir con palabras y gestos que ya le daban asco...



3 comentarios:

Campirela_ dijo...

La tristeza más grande es aquella que debemos dar a los demás cuando en el fondo nosotros estamos para pocas bromas. Los payasos tiene su leyenda y alguna de ella es que son personas tristes y con problemas de autoestima, pero cuando salen a pista zas ... se enciende la luz de su nariz ya reír. Un buen texto. Un fuerte abrazo.

Susana Moreno dijo...

Es duro tener que sonreír a la fuerza. Un beso

CRISTINA dijo...

Hola Buscador. La vida nos rompe a todos en algún momento, pero solo unos pocos logran hacer más fuertes sus partes rotas. Dicen que es de valientes sonreír mientras uno está hecho a pedazos, pero valentía es ante todo ser capaz de recoger cada retazo de esos sueños rotos y reconstruirnos de nuevo, para ser más fuertes, más dignos, más hermosos. Feliz Día! Un abrazo.