viernes, 11 de septiembre de 2009

Poema inadvertido

Para mí los deseos son un lujo como el escuchar de esta melodía. Al borde de una guitarra mi corazón se deshace en sentimiento y yo, vuelvo a ser yo. El corazón es misterioso y a su vez transparente como el cristal. No lo puedo evitar. En este momento soy la silenciosa noche que vaga difusa más allá del sueño. Este sendero, es un abrir y cerrar de alas entre tus brazos como la melodía que escucho tan enigmática y clara: Como tú. ¿Es malo querer así?.
El alma aflora en la madrugada buscando la esencia del pensamiento. El horizonte de esta noche es gris si no veo tu risa y este adagio de música con palabras, no huyen ni le hacen frente a la nada. Torpes son, no lo dudo, pero quien hace del silencio música con ella me voy.
Las palabras dibujadas más puras son las que estoy dando por aprender de tí. Te amo en el silencio y la filosofía de la vida es la verdad desnuda donde no hay palabras, sólo aquel sitio en el que está la pintura del alma; aquella que no encuentra más explicación que el silencio de esta noche.

Mujer de cristal y yo.

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