Por algún motivo Susana no apartó la mirada de las pupilas de Jesús.
La calle estaba llena de miradas pasajeras que cuando se cruzan, se desvían para no herir intimidades. Sin embargo los pasos más encontrados son aquellos que de por puro azar, la mirada es la que habla y no rehuye por tener el valor de sostenerla. Aquella mañana, Susana paseaba por la acera sin tener nada que hacer y Jesús tenia prisa para sellar el paro. Los cambios de tiempo prometían una primavera en toda su regla y a veces el corazón se hace en unos momentos más grande...
A un lado de la calle Jesús no reparó que al otro lado Susana ya se fijó en él. El semáforo se puso en verde y en el paso de cebra, no tardó en reconocerla.
Por algún motivo Jesús apartó la mirada de las pupìlas de Susana porque quizás en ese momento, los ojos fueron mas ciegos que el sentimiento de ver tan claro lo que sentía...
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