lunes, 22 de diciembre de 2014

Cuento de Navidad 2014


 Queridas amigas y amigos:
Cumplo mi promesa que hice a amigos con cáncer y a sus familiares que escribíamos hace más de quince años en es.charla.enfermedad.cancer de escribir un cuento de navidad poniendo el foco en sufrimientos que no tuvieran que ver con el cáncer con la intención de, siendo solidarios entre nosotros, serlo también con los que sufren otros males.
Con un deseo enorme de que todos estéis bien de salud y seáis felices.
Feliz Navidad.
Un fuerte abrazo
Pepe Ramirez


 Un hombre y una mujer llegan a una gran ciudad cuando ya ha anochecido. Tienen pocas monedas en el bolsillo. Caminan sin rumbo por calles desconocidas. Hostilidad, desarraigo, desesperanza. Temen esa hora en que descubren que ya no hallarán una habitación tibia e iluminada. El hombre piensa que tal vez podría haberlo intentado solo. No sabría adónde mirar ni por qué camino seguir ni si se va alejando o acercando a no se sabe dónde pero podría dormir en la calle, encontrar un mendigo razonable que quisiera compartir su escondite pero ahora le duele que ella tenga que pasar por este trago. Es invierno y en la calle hace frío. Es más duro y triste todo, más desamparado. Cada vez hay menos viandantes y menos coches. La gente se recoge en sus casas pero ellos no tienen casa.
José y María debieron sentir eso aquella noche fría en Belén. Ella estaba embarazada y él, dice el relato, no era el padre. Habían ido allí a hacer unas gestiones ineludibles y no encontraron asilo. La mujer se puso de parto y dio a luz a la intemperie. Y cuenta el relato que unos les cerraron las puertas y otros, unos pastores, los ampararon en algún cobertizo mal abrigado. Quizá encendieron una candela y arroparon a la madre y al niño con sus propias ropas.

No se sabe el número de desahucios anuales en España ni los suicidios habidos por tal causa ni la gente que ha sido lanzada a la calle.i Creemos vivir en un mundo civilizado, en un país democrático. Hay leyes, jueces y policías que hacen cumplir esas leyes y hay legisladores que las hicieron y a los legisladores los eligió el pueblo que es el soberano que delegó ese poder en ellos. Todo lo demás va rodado. Las imágenes que se ven en la tele de la policía abriéndose paso y apartando a la gente que intenta impedirlo, la gente llorando despavorida, son consecuencia de esta civilización. Unos legislan en nombre del pueblo, otros interpretan las leyes y otros las ejecutan. Los votantes ven esas imágenes pero pocos las relacionan con su voto ni se creen que ellos sean la última soberanía.
La economía se ha convertido en una ciencia cruel que se sustenta sobre postulados interesados. Predica como irremediable la sumisión de la política a los mercados. A partir de ahí surge toda la verborrea económica que escuchamos. El primer axioma de esa ciencia es que no puede ser de otra forma, que no se puede disgustar a los mercados ni complacer a las personas. En la civilización del tercer milenio quieren hacernos creer que no tener asilo donde refugiarse es un hecho natural en lugar de una perversidad económica. Ya les pasó a José, María y Jesús en Belén. ¿Qué cabe esperar?
Cuando muchos protestaron, algunos dijeron que eran unos perroflautas, que tenían los pelos largos, que eran violentos antisistema. Se ve que tenían argumentos sólidos. Otros dijeron: Que hagan un partido y se presenten a las elecciones. Se ve que estaban seguros de que no lo harían. Ahora que lo han hecho, eso tampoco les gusta. Cómo se podrá contentar a nuestros representantes, a la prensa del orden establecido, a los que nos civilizan con esta triste civilización.
¿Podrá ocurrir alguna navidad que un hombre y una mujer lleguen a una ciudad desconocida y haya árboles de luz en las aceras y calles vestidas de esperanza, olor de comida caliente y risas de la gente que pasea al anochecer y que haya asilo para todos, casa, comida, trabajo y un salario digno y que todos puedan encender la calefacción cuando haga frío?
Dios mío, qué nos está pasando. Ni siquiera esto es un cuento de Navidad.
i http://es.wikipedia.org/wiki/Desahucios_en_Espa%C3%B1a_durante_la_crisis_econ%C3%B3mica


Pepe Ramirez.

Yo, que conozco la nada,
el sufrimiento y la enfermedad.
La humillación de la burla Y
LA SOLEDAD...
¿Cuándo una educación?
...y saber lo que siente
alguien cercano a tí...

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2 comentarios:

maduixeta dijo...

Este relato da de pleno en el corazón.
Es triste tanta gente sola, sin sitio a donde ir, sin una mano que los ayude.
Esta sociedad cada vez crea más asociales.
Haceis reflexionar intensamente con vuestro relato.
una lluvia de besos o de versos.

Oropéndola. dijo...

Muy buen relato, todo esta cambiando, y yo que confío, me imagino que tarde o temprano , nuestros ojos se encontraran y sabremos comprendernos y compadecernos, yo con mi humilde aportación, intento educar a mis hijos en el respeto y la autenticidad espero contribuir a mejorar este maravilloso mundo. Como.siempre encantada de visitarte besos