miércoles, 8 de julio de 2015

Sola



Aquella noche la piel de juventud la visitó...La vida volvía a años atrás de amores intemporales. Sentía en su piel la piel de su amor en labios con saliva y sudor. El corazón se aceleraba de júbilo incontenido como si hacer el amor, fuera cosa de principiantes. Con sus manos se recorría el cuerpo sensible a la caricia como él en su firmeza al poseerla en noches de verano. El ambiente ardía, la soledad también...las sirenas de los barcos anunciaban una partida hacia el nuevo mundo donde marineros valientes, demostraban su valentía...
Ella se retorcía en en deseos de añoranzas lejanas; allá en aquella pensión donde lo sintió por primera vez. Pasaban por la calle los primeros camiones hacia en muelle de carga con ruidos antiguos y olores reconocibles. La excitación y el orgasmo la despertó justo en aquella habitación, la habitación de la despedida eterna...desnuda se miró en el espejo del cuarto de aseo, la respiración era intensa aún mientras se relajaban sus pechos de punta. Cerró los ojos con una lágrima bajando por el cuello sedoso y a lo lejos, como flor de amanecer, alguien cantó al amanecer la canción más hermosa del mundo...


2 comentarios:

Alondra dijo...

Un escrito precioso donde te adentras en el alma femenina con mucho acierto.
Saludos afectuosos

maduixeta dijo...

A veces los sueños nos traen recuerdos tan vívidos que casi los puedes tocar con la punta de los dedos, y se adueñan de nuestro cuerpo.
Te parte femenina, ha aflorado plenamente en esta entrada. Felicidades!

una lluvia de besos.