miércoles, 22 de noviembre de 2017



Le encantaba la poesía hasta desbordarla. Era mujer sensible hasta lo erógeno y amante del latir  interior... Caminaba por la vida con besos de labios de carmín que por las aceras de su ciudad, no pasan desapercibidas ni la clase ni la distinción y, era en todo absolutamente ella...

Con un suspiro tomó valor
en los aseos de un museo.
Su mirada era una pintura
y el espejo,
su misma alma...



4 comentarios:

Amapola Azzul dijo...

Qué bonito poema.
Enhorabuena.

Bellísimo¡¡

Recomenzar dijo...

te felicito por tus palabras por tu humildad y tus fuerzas un abrazo grande

dijo...

Qué bueno!!Cómo lo has expresado de bien!!
Me encantan los dos últimos versos .
Poeta!!
Besucos

Ángeles dijo...

Hola Buscador, después de un largo tiempo alejada de los blog, por una operación de columna, vuelvo a visitarte y quiero decirte, que lo breve si bueno, dos veces bueno y esto es lo que hace tu entrada.
Hay muchas mujeres como la que describes...

Un abrazo con cariño
Ángeles