domingo, 3 de febrero de 2019

La voz de un niño




Mi mamá me llama todos los días muy temprano, casi al amanecer. Me llevan a Córdoba porque estoy malito y allí hay un médico que según mi madre me va a curar...Todos los días llega un chofer con otras personas también enfermas y subimos a un monovolumen para que nos lleve al hospital. Las mañanas son frías. De mi boca sale una nube de vapor como si fumara; juego con mi aliento en brazos de mi madre pero ella me tapa la boca porque teme que me resfríe. Todos los días conozco a gente diferente de mi pueblo que va al hospital. Mi madre a veces llora cuando habla de esta enfermedad. La radio del coche no deja de hablar sobre cosas que comenta la gente y mas que nada, habla de gentes que son sinverguenzas, de personas que son malas y de las necesidades que pasan la gente pobre. A veces cuando hay miucha gente en el coche, voy abrazado a mi mama. Siento el calor de su pecho como si fuera la calefacción del coche y sus labios en mi cara cuando me besa. Salimos del pueblo cuando el sol no sale todavía. Mi mirada se pierde por la ventanilla viendo como nos adelantan los coches o nosotros adelantamos a camiones que van al extrangero según el chofer y yo quiero ser mayor porque me gustaría conducir. El hospital no me gusta. La enfermera siempre me da cosas para que juegue. El otro día me dió un guante inflado que parecía un pollito y otras veces me da un papel para que pinte. Hay mucha gente esperando a esa máquina que me da radiaciones para matar los bichitos malos de mi cuerpo y ya me faltan 14 sesiones para terminar de curarme.

Casi llegando a la ciudad, el sol asoma por el horizonte. Es rojo a veces como un tomate y los campos de olivos o verdes por la lluvia se dejan ver. Siempre en el kilómetro 16, hay una torre donde viven unas cigueñas. Les tengo puesto nombre. Mi mamá me dice que vienen de muy lejos pero el chofer nos cuenta que ya pasan aqui todo el año. A veces la veo volar como si planearan a la vuelta, cuando no hace tanto frío. A veces el silencio me da tristeza. La radio del coche me da tristeza y no me gusta que la gente me mire con tristeza porque estoy malito. Me dusta ver las lucecitas del coche como si fuera una nave espacial y me pierdo en sueños soñando que soy un astronauta. Me duele el cuello. Se lo digo a mi madre y ella se abraza más ami cubriéndome de besos que a mi me dan más tristeza. La señorita de una sociación que ayuda a los enfermos dice que soy un niño muy sensible. Ella me hace reir mucho, se llama Susana. Pero cuando amanece, quiero que mi madre me despierte para ver las cigueñas y al regreso, parece que abandonan su nido para comer. A veces el chofer me sienta delante con el. Me pone música y me rio mucho cuando me enseña las marchas del coche; una vez, cuando salíamos, me dejó que metiera la primera y yo lo hice con mucha ilusión. Sueño por las noches por llevar un coche de mayor. Me faltan 14 sesiones para curarme y el chofer me dice que me llevará a pescar y que en una explanada me dejará el coche para que yo lo conduzca. Mi mama siempre tiene los ojos llorosos y mi padre no sonrie...




8 comentarios:

dijo...

No puedo comentarte esta entrada.Pêrdoma
Besucos

Ángeles dijo...

Una vez nació una niña que no era deseada por su madre. Era la segunda hija de un matrimonio de campesinos muy humildes, su hermano había muerto con dos años y la madre no quería tener más hijos…pero un día una nueva vida comenzó a vivir en su vientre. El feto que era muy, muy listo y sensible, sabía que su madre no la quería y con siete meses, salió de ella, era tan pequeña y frágil que tuvo que ser rodeada de botellas de agua caliente, para sobrevivir, pero su madre tampoco tenía leche para alimentarla y la bebé se moría porque vomitaba todas las leches que la daban. Sus tías la amortajaron, esperando que la niña dejase de respirar…Entonces , llegó una mujer, que al ver el pequeño cuerpecito de la bebé y saber que moría, la cogió en sus brazos y sacándose su pecho lleno de leche porque estaba criando a una hija suya puso en su boquita el pezón, y la niña comenzó a succionar esa leche. El padre pidió a la mujer, que le pidiese todo lo que tenía, pero que alimentase a su hija que moría por falta de alimentos y deshidratación. Elena, no pidió nada, y alimentó a la bebé un año entero, entre ellas se creó un vínculo que solo ha roto la muerte.
Con un año a esa niña la llevaron al campo, sus padres campesinos humildes, vivían en una pequeña casa. La niña, que andaba desde los 10 meses, aprendió a gatear y caminar con pasos torpes, en el lugar donde la ataban el tronco de una higuera, para que no tuviese ningún peligro… y la niña, comenzó a mirar al cielo azul, a las nubes, a las flores, las mariposas y todos lo que había en su pequeño mundo… y pasaron los días y los meses y la pequeña comenzó a recorrer los caminos y veredas de Malhincada y a ser muy, muy querida por todos los campesinos que habitaban allí.
Ella comenzó a sentirse amiga, del sol, del viento, de la luna, de los caracoles, las ranitas, hasta de las hormigas… fue, fue muy feliz, añoraba a Elena, pero desde chiquita aprendió a no pedir nada… y la Naturaleza en toda su plenitud, la colmó de cariño y se desnudó para ella…Pero esa niña, no recibió nunca el beso de su madre…

Un abrazo Buscador

Sandra Figueroa dijo...

Este texto me lleno de tristeza, pero mas triste este final que dejas en puntos suspensivos.....Saludos buscador.

Albada Dos dijo...

Ponerse en la piel de un niño, ni más ni menos, ver las cigüeñas, el amanecer semanal camino de la radioterapia, que´texto más bonito. Porque esas catorce sesiones que faltan, le curen.

Muy buen texto. Un abrazo

Susana dijo...

Que pena que sucedan cosas así. Un beso

Campirela_ dijo...

Has hecho un texto que por desgracias se da en demasiadas ocasiones , esos pequeños que sufren esa terrible enfermedad y la saben llevar como pueden ..
Un abrazo y feliz noche.

Flor dijo...

Hola Buscador , mientras leía tu bonito y dulce relato , desee que este niño , se curase y que viese todos sus sueños cumplidos , yo siempre digo , que las enfermedades no tendrían que padecerlas ningún niño , ya que de esta manera , no tienen muchas probabilidades de llegar a ser adultos , te deseo un feliz fin de semana , besos de flor.

CÉU dijo...

Holá, querido Buscador!

Tengo pensado en ti. Tanto tiempo sem apareceres en mi blog! Estás bién? Aqui, tudo normal, pero con mucho frio.

Tu texto me fez sorrir y chorar. El nino tiene todo amor de su madre y padre, pke está doentito. Creo k, apesar de tudo, es feliz con aquilo que vê durante a viagem até ao hospital, las cegonhas y sus sonhos no futuro. Faltam 14 sessões para se curar. QUE ASSIM SEJA!

Besos y bon final de semana.