jueves, 6 de febrero de 2020

Días de instituto








Los bares fueron sitios de reunión y de comidas. Antes en mi pueblo no había restaurantes pero sí muchos bares. Mis padres nos sacaban los domingos para echar un tapeo y tomar unos refrescos. Había mero a la romana, calamares y chopitos, perolilla de gambas, patatas fritas, lomo en adobo y tantos y tantos platos que eran especilalidad de cada Bar en particular. Éramos pobres y así de la misma clase todo el pueblo sin distinción. Salir un sábado por la noche o un domingo, era todo un lujo...

En mis años de instituto mis bolsillos estaban llenos de aire. Trabajaba fines de semana en las aceitunas para tener algo de dinero durante la semana. A veces faltábammos a clase y nos íbamos a un bar; fueron los años más felices de mi vida. Gracias a mi trabajo de olivarero, algún día a la semana nos fumábamos un porrillo, jugábamos al futbolín o a las doce de la mañana ya estábamos bebiendo cerveza en cualquier bar. A mi instituto venían estudiantes de los pueblos de alrededor y lo creas o no, a veces el bar tenía mas estudiantes que el instituto estudiantes; allí la cerveza no faltaba. Cuando llegaba el viernes, todos estábamos tiesos de dinero así que al fin de semana, tocaba trabajar en la recolección.

Aquel año no suspendí el curso y aprobé. Mis faltas en clase eran contínuas así como las fiestas haciendo novillos en el bar. Nunca me he reido tanto. A veces había en nuestra reunión algo especial y es que a mi me encantaba la pólvora y fabricaba bombas. Cuando una estallaba, el instituto y el bar temblaban por el estruendo y la gente salía a la calle despavorida...

De esa manera llegué a COU como rebotado sin repetir pero el recuerdo de aquello bares tán clásicos de ornamento, tán autenticos, ya no volverán. En mi corazón llevo aquella vida de estudiante con sabor a libertad, buena música y mejores amigos...Dicen que quién vive y disfruta tendrá los cimientos para aquello que se llama felicidad...



4 comentarios:

Amapola Azzul dijo...

Una entrada entrañable.
Besos.

Campirela_ dijo...

No puedo estar más de acuerdo con tu última frase".Dicen que quién vive y disfruta tendrá los cimientos para aquello que se llama felicidad..." y es cierto que los bares de antaño eran o formaban parte de esa comunicación entre los vecinos del lugar ..
Me encanto tu entrada .
Un abrazo .

Albada Dos dijo...

Hacer campana eir also bares era un clásico. Obligado y enriquecedor. Tal vez somos quienes somos, por esa adolescencia libre, de contradicciones pero con los amigos con quienes compartir el estreno de cuerpo y de ideología.

Un abrazo

Susana dijo...

Suerte que aprobaste. Un beso