martes, 8 de septiembre de 2020

 

 

 

 A veces de tanto repetirlo, el amor se me vuelve en nada...Quizá  me engaño y olvidé su profundidad en lo cotidiano o lo tengo olvidado porque sufrí un desengaño. Pero en silencio algo siento que late y que no me deja en paz si vuelvo mi mirada al corazón, si me olvido de todo lo que me rodea y de la sensibilidad nace una fuente pura. Una vez escuché que si considerásemos por un momento la misericordia de Dios, no dejaríamos de hacer el bién mientras pudiésemos y es verdad...Vivimos herméticos a lo que mueve el mundo; a ese sentimiento que sin ser de pareja, nos lleva en volandas por la vida y que sin él, no seríamos nada en absoluto...aunque al parecer lo tuviésemos olvidado.

  Quizá nunca mas te vuelva a hablar. Quizá nunca conozca tu rostro ni tu voz. Aquí tan sólo está tu corazón y el mío al descubierto como dos ciegos y dos sordos que no se reconocen pero que pasado un tiempo, no se cuanto, algo nos recordará lo que te hablé una noche de verano y por entonces suspiraremos por aquello que duró el breve espacio de un instante...y ese algo se nos fué a no se dónde.

 

1 comentario:

Albada Dos dijo...

Hay presencias, momentos, sensaciones con alguien, que no se olvidan ni pasan de moda. Pasarán los años y ahí estaréis, de nuevo en ese recuerdo dulce.

Un abrazo, amigo