lunes, 29 de agosto de 2022

Palabras retenidas por el paso del tiempo

 

 

 Vuelven los días cortos. Septiembre se acerca incansable. Con un mínimo de sensibilidad, el estado de ánimo hilvana sentimientos o estados de ánimo que nos llevan al recogimiento. La vida nos ralentiza en el detenimiento; basta una taza de café, para viajar a esa melacolía que tenemos perdida...Esta noche, quise escribirte a ti y a ti porque mi maginación se alimenta muchas veces de tu compañía. Mi mundo interior entra en fascículos como si fuera un quiosco que los vende al final del verano. Te respiro y te siento a cada detalle. Tengo recuerdos de pensamientos que viven a cada encuentro tuyo o a esta dejadez en este momento donde no dejo traslucir tu nombre ni el tuyo tampoco...Algo nuestro y también tuyo en particular vive en mi. Me gustaría sentir tu mano en la mía; la apretaría y la rozaría levemente tal como un beso que se pierde en un adiós. Todo aquí es silencio y soledad. Te hablo con firmeza pero el eco de mis palabras se vuelven frágiles porque en el fondo, soy un tímido que en estos momentos, busca tu compañía...Nada más.



4 comentarios:

Tracy dijo...

No me gusta septiembre, pero debo reconocer que lo que has escrito me ha hecho mirarlo con más simpatía.

Sara O. Durán dijo...

Una confesión que encierra una gran ternura.
Abrazos.

Albada Dos dijo...

Hay un deseo íntimo, de poder charlar, cuando las tardes se hacen más cortas.

Un abrazo, amigo.

Susana Moreno dijo...

Septiembre siempre trae recuerdos. Un beso