A pesar del cambio climático o a pesar del tiempo que haga, las personas poseemos una sensibilidad especial para cada cambio de estación. Quizá venga de miles de años o de la costumbre a lo largo de nuestra vida pero cada cambio de estación, mi ánimo me lo anuncia...
Llega principios de enero y los almendros florecen. A partir de entonces ya haga frío o llueva y todo lo contrario, la primavera viene anunciándome su llegada. Una nueva esperanza se mezcla con la alegría. Todo va tomando nueva forma cada atardecer y cada amanecer pues la evolución de la vida tiene una cuenta atrás para desembocar en un nuevo nacimiento. Febrero arranca con frío pero la luz del día se alarga con cada atardecer vistiendo de rojo y anaranjado el horizonte. Todo está preparado para la eclosión de la vida pues en nada, comienza la primavera...