A pesar del cambio climático o a pesar del tiempo que haga, las personas poseemos una sensibilidad especial para cada cambio de estación. Quizá venga de miles de años o de la costumbre a lo largo de nuestra vida pero cada cambio de estación, mi ánimo me lo anuncia...
Llega principios de enero y los almendros florecen. A partir de entonces ya haga frío o llueva y todo lo contrario, la primavera viene anunciándome su llegada. Una nueva esperanza se mezcla con la alegría. Todo va tomando nueva forma cada atardecer y cada amanecer pues la evolución de la vida tiene una cuenta atrás para desembocar en un nuevo nacimiento. Febrero arranca con frío pero la luz del día se alarga con cada atardecer vistiendo de rojo y anaranjado el horizonte. Todo está preparado para la eclosión de la vida pues en nada, comienza la primavera...
4 comentarios:
Algunas personas nos parecemos un poco a los almendros, tenemos una sensibilidad especial para percibir los cambios de estación, sin importar el clima. Cada año, el florecimiento de los almendros en enero anticipa la llegada de la primavera, y trae una mezcla de esperanza y alegría. A medida que febrero avanza, aunque frío, con una buena taza de café los días se alargan y los atardeceres se tiñen de colores cálidos, preparando el escenario para el renacer de la vida con la primavera. Y entonces es cuando nuestra sangre se altera, como un renacer del ensimismamiento del invierno y resurgimos llenos de vitalidad.
Un abrazo
Acuérdate del cuarenta de mayo. Un beso
Los cambios estacionales es cierto que los acusamos en nuestro cuerpo y mente, el motivo pueden ser varios , pero cuanto más edad tenemos más se acusa.
La primavera todavía nos queda lejos , disfrutemos del invierno que también tiene su encanto. Un abrazo.
Hasta marzo será invierno, pero a veces los árboles frutales se confunden, por lo cambios atmosféricos actuales.
Un abrazo
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