jueves, 3 de marzo de 2011

La sinceridad del espejo

A veces me consulto en un espejo y este me dice exactamente como me encuentro. En ocasiones me hiere y otras veces, se me muestra muy compadecido aunque eso sí,siempre en cualquier ocasión me dice como estoy. Por ello etérnamente me confío a sus comentarios más íntimos y al parecer, los espejos son los mejores confesores del mundo por decirnos siempre la verdad (¿cómo puede saber tantas cosas?). Sus respuestas pueden ser una eterna duda, un vacío, una tristeza, un aliento, nos dice tantas cosas sobre nuestra intimidad que le basta un asomo de nuestra mirada. Observo mis pensamientos en mis pupilas y me dan respuesta al instante sin descuidarme en un segundo. Cuando escucho canciones o leo libros, descubro a muchísima más gente que se busca en ese espejo del corazón para hablarse y comprenderse pues creo que casi siempre andamos con pasos perdidos. Busco respuestas y también consuelo a multitud de cosas y me pregunto si todo esto puede ser producto de la soledad...
Hace cosa de una hora ha sucedido algo maravilloso. Me he mirado en el espejo y esa mirada me ha dado la razón con su silencio: No tenía respuesta... ¿Porqué?... Muy sencillo, en ese momento tenía más razón que el espejo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En muchas ocasiones la sinceridad no se encuentra frente a un espejo pero si se esconde tras él...
pq no queremos ver la realidad....