sábado, 10 de septiembre de 2011

Momentos irrepetibles


Cada año por estas fechas, el corazón se me echa encima. Es el cambio de tiempo. Vuelven  sentimientos tan íntimos como lo hacen las golondrinas a sus nidos y, de nuevo nacerán cosas que estaban dormidas...
Volveré a pasear por un camino con olor a tierra mojada y un cielo gris de nubes que formarán imágenes en mi imaginación; mi mirada se posará en cosas insignificantes, escucharé cosas de mi pueblo con olor a dulces de Navidad mezclados con aguardientes y, la gente tendrá prisa para librarse de ese chaparrón de lluvia. Los recuerdos pasados y mis añoranzas serán fruto de melancolias amigas pues me ensancharé aun más por sentirme más buscador que nunca. Estos días calurosos de verano son el principio de lo que llegará. Mi casa se colmará con olores de mi cocina e inciensos por la tarde cuando escuche mi  música y todo, formará un todo como una red de sentimientos irrepetibles en bañarme de la vida aún más si cabe. 
La sensibilidad agudizará mis sentidos de manera que mis ojos se humedezcan en ocasiones  por cosas de esta vida. Volveré a aislarme en mis problemás personales como quién se baña en la duda, la ignorancia, la necesidad, la sed, el hambre, la soledad, el detenimiento y también en el dolor por curar antiguas heridas.  Procuraré ser menos incrédulo e inocente pero, creo que eso es algo que no puede perderse pues matarlos sería un suicidio por no encontrar una solución mejor que los sustituya...
Vuelven los días cortos e irrepetibles de lo que comenzará una fábrica de recuerdos por ser quiénes somos...

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