sábado, 8 de octubre de 2011

Calidad de vida

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A veces la gente me pide que escriba sobre la soledad; ese sentimiento cruel que es conocido por muchas personas. A la par que va pasando el tiempo, se hace más vivo donde no tiene por qué existir: es el caso de mi pueblo.
De pequeño, recuerdo que los vecinos nos ibamos a dormir sin cerrar la puerta de la casa e incluso, dejaban sus coches abiertos. La gente entraba en mi casa dando un aviso sin permiso para entrar y ahora ese mismo detalle, sólo lo tiene el teniente Colombo en algún capítulo que reponen... Recuerdo como los vecinos hablabamos de nuestras cosas por las noches de verano y los niños jugábamos en plena libertad sin temor a nada e incluso, se compartían tantísimas cosas que unían aún más a la gente sin darnos cuenta de ello. La historia de cada cual no era un chismorreo despiadado porque se hacía con el corazón de valorar el sentido de la vida. Sin embargo, la soledad seguía existiendo como en todos los tiempos pero,en menos personas creo yo...( Dejo tres puntos suspensivos ).
Hace varios años que no siento mi soledad en su forma despiadada. He aceptado mi forma de vivir que es la de un solitario pero nunca, impuesta a esas personas que no quieren vivir de esta manera.  Pienso que la soledad comienza en nuestro corazón por no saber solucionar esos problemas que la implican. Posee un sentido especial de crueldad la fragilidad de las personas que son débiles y la sufren por distintos motivos.
Hace días que quiero escribir de mi soledad porque en realidad no es este mundo donde yo quisiera vivir. La calidad de mi vida es aceptable pero, no es el sueño en mi sentido de lo social. Siento mi soledad por carecer de cosas buenas que nos faltan en el día a día... Tengo mis amistades, gente en quién puedo confiar y muchas comodidades pero, miro a mi alrededor porque veo a gente que sufre mucho y ese padecer, también lo he tenido yo. La vida parece que nos va aislando con esa crueldad que nos da desconfianzas y carece del derecho que todo el mundo se merece para vivir mejor...

2 comentarios:

Pepe dijo...

Buen artículo. Tengo los mismos recuerdos de mi infancia. Ahora toda la confianza y la empatía social se ha roto. Nos recluimos en nuestra soledad. Nos falta amor. Eso es todo.

Anónimo dijo...

Como mi madre dice, "eres un atravesado...". Pues si, lo soy o veo la realidad desde otro punto de vista.
Desde que el hombre es hombre, nunca ha existido tanto materialismo y competitividad. Es la desconfiaza en el prójimo lo que nos condiciona. Esto nos hace ser mas reservados, pero de ahí a la soledad hay un firmamento.
El óptico me ha aconsejado que deje los libros de lado, debido a la perdida de visión, pero no puedo. Con la edad creo que mas los necesito. Últimamente estoy metido en temas de física cuántica, lo que me lleva al cosmos, galáxias y agujeros negros y fuerzas descomunales donde la gravedad suena a chiste. Todo esto me llena de temor y miedo, sintiendome totalmente insignificante, inútil y mísero. El cosmos es inmenso y ante él me siento solo, cosa que no me sucede en el mas profundo bosque a kilometros de un lugar habitado. Me siento en paz, tranquilo y totalmente confiado. Estaría en este estado toda mi vida si no fuera por el ser racional que me hace preguntar como estará mi familia. Esto me angustia y me llena de intranquilidad, rompiendo el estado de trance y tranquilidad. Llamalo Karma.
Con todo esto, lo único que quiero reflejar es el dominio del estado anímico y mental que la última capa cerebral (la humana) ejerce sobre las demas. Hay que permitir que todas las otras capas se expresen y nos dejen ser lo que somos....

Abrazos