jueves, 25 de julio de 2013

La chispa de evocar


El arte, se presta mucho al alma del espectador. A golpes de artista, descubrimos y fabricamos secretos y rincones del alma que también nos aporta nuestro vivir cotidiano . La noción de evocar es un ejercicio que se suele hacer frecuentemente sin apenas darnos cuenta. Sucede, que en lo cotidiano, suele haber algo que guardamos en el corazón. Nuestro sentir se impregna de cosas agradables, desagradables, insulsas, de poco valor etc. etc...que vuelven a renacer con ese estímulo. El mapa del corazón humano, teje redes enmarañadas que de no saber cómo y por algún motivo, vuelve a nacer ese sentimiento que teníamos guardado Dios sabe donde...
Mi sentido de la música es bastante amplio. Nunca me conformo con melodías que cuando las escucho cuatro veces me cansan...Sentir la profundidad de lo inabarcable me llena porque jamás deja de aportarme la novedad de mis sentimientos. El Jazz es un descubrimiento y a la vez una evocación. Sentir al artista, transporta donde no llegan las palabras y sucede que sueño, navego, invento, recuerdo, descubro...me empapo con cosas que a cada nota perfecta, mi vida se hace más amena...
Evocar sin duda alguna es un arte del corazón. Allá donde nuestra sensibilidad tiene identidad propia; donde lo tuyo y lo mío, se funden en un bloque de vivencias carentes de dueños y a la vez, formando un nuevo mensaje que jamás conoceremos...
Evocar nuestra riqueza no es solo música. Es, todo cuanto la vida tiene esa forma de adentrarse en nosotros y de cuando nosotros, la valoramos mucho más...




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