domingo, 4 de noviembre de 2018




Ella sabía que llegaría y no tenía prisa. Cada paso de su pensar, cada hecho con la realidad y a la vez, sentirse segura a cada momento...todo en ella era serenidad. No había nada que la perturbara y la espera podía ser larga. Sin embargo, vivía cada momento por ser suyo y de nadie más; plena de flores en su sentir, la magia de vivir era un hecho. Lo esperaría ni paciente ni impaciente; viviendo su vida por ser lo mas preciado que tenía...Nada había que la asustara, nada que la preocupara y la nada, se hizo amiga suya...






3 comentarios:

Albada Dos dijo...

Precioso texto. La serenidad no se gana en una rifa, ni se compra en una tienda, casi siempre es fruto de la vida y la paciencia.

Bello canto ala mujer que sabe esperar, que vive mientras tanto. Un abrazo y feliz noche dominical

Campirela_ dijo...

Un escrito muy profundo me gusto mucho pq la nada es el todo ..
Un abrazo amigo.

Gladys dijo...

Es lo mejor la serenidad y el no esperar nada de nadie ase libre y tranquiliza hermoso relato. Un abrazo feliz semana.