miércoles, 9 de septiembre de 2020

La amiga de Paz

 


 

  Este año no dará para más. Con cinco años de vida, moriré. No se si quedarme en estas tierras o marcharme hacia el sur...En esta época del año todas emigramos a tierras cálidas pero sé de las cigueñas que muchas se quedan a pasar el invierno en sus tejados y campanarios. 

 Nací hace cinco años justos en el nido de esta fachada, al lado de una ventana donde una niña también nació conmigo. Ella es una niña todavía y yo ya una vieja que hasta ha parido prole. Pero no sé por qué en mi viaje desde el sur pienso siempre con encontrarme con ella para verla sonreir cuando me ve en el nido. Al amanecer, mis crías cantan bellas canciones que desvelan sus sueños y a veces se asoma a la ventana con la sonrisa clara y pelo con rizos de oro...

Me ha costado mucho criar mi prole. Apenas hay insectos por las calles y campos. A duras penas he criado a mis cuatro hijos de cinco pues uno no nació. Me siento ya vieja, desvencijada; agotada de tanto volar y cansada de vivir cuando la niña de mi ventana verá mas generaciones de golondrinas hasta hacerse mayor. Conozco su voz cuando en el silencio de la noche llama a su madre por una pesadilla y conozco su mirada al verme en mi nido con su sonrisa impagable.

 

Mis crias están preparadas para el gran viaje. Al amanecer es su partida.  La mas fuerte quiere conocer nuevos mundos y la más pequeña quiere quedarse conmigo si me quedo. Llegan tiempos de lluvias según la naturaleza pero sigue haciendo calor como a principios de verano. Les doy consejos para su camino, les he dado todo mi amor para criarlas pues el año que viene tiene que volver como todos los años aquí...Se me rompe el corazón tener que dejar el lugar de mi nacimiento. Todos los amaneceres son mis últimos amaneceres y sueño con que mi vida se prolongue un poco más...


Llega el amanecer y mis crias se marchan al sur. La pequeña se resiste pero yo la obligo a que viva mundo y encuentre un macho que la haga feliz. Al llegar la tarde, ya estoy sola en mi nido y respiro satisfecha de mi buén hacer...


Pasan los días y la niña se asoma todos los días para verme desde su ventana. Llegan las lluvias y yo sigo en el nido con mis cantos al amanecer hasta que una mañana, antes de volar, mi corazón de vieja se para y caigo al pie de su ventana; casi sin fuerzas canto mi última despedida y cuando mi amiga me ve en el suelo de su terraza, llama a su madre que con un cogedor de la basura me barre para parar a no se dónde...

 

Para Paz

 

 


2 comentarios:

Albada Dos dijo...

Muy bella historia, donde una niña tiene como referencia a esa golondrina, madre estupenda.

Quién sabe si una cría volverá a ese nido en los años posteriores. Un abrazo grande

Meulen dijo...

Pues nunca se olvida lo esencial, aquello que nos deja una huella indescriptible en la vida ...el amor a lo creado por Dios

Una maravillosa referencia a lo que es la vida y lo que se valora de verdad en un corazón joven y es de esperar que no olvide la maravilla que se graba en su corazón, poder indeleble en nuestro corazón

estés muy bien!