miércoles, 30 de septiembre de 2020

Psicosis en la ferretería

 

 


 

 Soy ferretero, siempre lo he sido.

Amo a mi mujer y soy esposo y padre ejemplar. Mi mujer me comprende y mis hijos se preguntan qué es lo que me sucede a menudo. Durante 20 años me he criado entre tornillos, alambres, tuercas y demás enseres del metal. Odio mi trabajo. El negocio no me ha ido mal y gano bastante dinero. Soy la tercera generación en el negocio con buenos productos al mejor precio. Con mi imaginación engaño la desazón de seguir en este negocio. Una chica por ejemplo me compró un cuarto de puntillas y la imaginé haciéndose un piercing en un pezon o, una chica de pelo largo la imaginé haciendose un moño con el alambre que le vendí o,otra chica a la que veía como una negra con el cuello lleno de tuercas...asi paso día a día en este asqueroso negocio...

Llego a casa deshecho y con el bolsillo lleno de dinero. Mi mujer me mima, mis dos hijos quieren que juegue con ellos y yo, soy el mejor esposo y padre del mundo porque también los quiero; les doy lo mejor.

Llega la noche y aparecen los fantasmas; tengo pesadillas constantes. Mis pesadillas son debidas al odio por mi trabajo y siempre sueño que soy un asesino de mis clientes. Mi mujer me despierta y a veces hasta con una bofetada pues no entro en la realidad así como así. He pasado 20 años con ella que me aguanta noche por noche, apollándome, dándome cariño, alentándome...imagínense el castigo de cada noche de año tras año. Cada noche me cuesta más y más despertar de estas pesadillas y mi mujer se desespera, mi hijos se despiertan asustados y los vecinos escuchan mis gritos.

Llegó la noche donde no desperté. Soñaba que sodomizaba a una gentil anciana que de vez en cuando me compra en la ferretería y mi mujer lo sufrió. Le até el cable de la mesilla de noche al cuello mientras ella gritaba y gritaba para que despertara pero no desperté. No la maté de casualidad...de seguido me fuí en pijama a la calle como un poseso de mi pesadilla y golpeaba las chapas de los coches, daba patadas a las puertas metálicas de los portales y hasta agredí a la policía municipal pero, no desperté hasta hoy, otros veinte años más adelante.

Ahora estoy en un psiquiátrico. Sin un tratamiento que cure de las pesadillas del sueño pero que al fín desperté. Mi mujer tiene un hombre negro como pareja y además de mis dos hijos tiene tres mulatos: Naia, Mobuto y Bartola la mayor en honos a su abuela que ya estudia empresariales. He estado 20 años metido en una pesadilla. Mi habitación está repleta de dibujos sobre materiales de ferretería; dibujos que a veces son macabros como meter una cabeza cortada en una jaula para una perdiz...Estoy abatido; sin un futuro ni una felicidad y con temor a quedar dormido por las noches. Mi mujer ahora tiene cinco hijos y una pareja pero yo no tengo nada de nada, mas que las fantasías de un hombre que ha odiado su trabajo en pos de su familia...Tengo 62 años y el mundo ha cambiado. Me dan una mascarilla porque hay un virus asesino y un hombre corpulento y rubio que dice ser el presidente de los Estados Unidos; que Cataluña quiere ser un país y que la gente se muere por cruzar fronteras enpujadas por el hambre y la necesidad. No se qué decir pues yo también vengo de un infierno del cual yo he creado y si duermo esta noche, que nunca más me despierten..

 

Buscador.

 

 

8 comentarios:

eli mendez dijo...

Un relato con muchos componentes !
si bien en un principio puede llegar a causar un poco de gracia por esa manera tuya de ir llevando al lector por sendas inesperadas, siento que mucha gente vive ese infierno de trabajar en aquello que no les gusta, y las familias padecen por consecuencia el mismo pesar. Creo que es una de las peores cosas que le pueden pasar a un ser humano, verse obligado a hacer algo que no les gusta. Algunos pueden e intentan cambiar de ruta, o tienen los medios para hacerlo, pero los que no intentan salidas y creen que solo ganar dinero trae la felicidad familiar están tremendamente equivocados. Interesante entrada nos has traído Buscador! te dejo un abrazo y el deseo de una bonita noche!

Rafael dijo...

Un relato interesante con esa ironía final que es un reflejo de la actualidad.
Un saludo.

Campirela_ dijo...

Que relato mas bueno nos has dejado amigo,para reflexionar y pensar que la vida tiene muchos componentes, el trabajo es un componente que acepta mucho a las relaciones de pareja y frustra a personas que no se encuentran a gusto en él.
El relato termina duro...
Un abrazo y muy feliz noche!!

Siby dijo...


Wowww mi amigo Buscador,
que buen relato nos regalas,
hay personas que no les gusta
su profesión, pero tienen que
hacerlo y sobre todo a la esposa,
debe de ser difícil, un gusto
visitarte mi amigo.

Besitos dulces
Siby

Albada Dos dijo...

De lo mejor que te he leído. Odiar el trabajo es dar pie a pesadillas, eso seguro, pero llevado al extremo, casi asesina a la mujer a cuentas de un sueño. Acabas muy bien, en el psiquiátrico, por tantos años que ella rehace su vida, y el tipo se plantea qué locura es más loca (Si la suya o la del mundo en el que vive).

Un abrazo, amigo

Sandra Figueroa dijo...

Genial este relato. Aveces no queda de otra que seguir con nuestra profesión .....Saludos amigo Buscador.

Susana Moreno dijo...

Un relato muy impresionante. Los sueños sustituyen a la realidad. Un beso

Meulen dijo...

Pues si...impresiona...por mi ver no puedo ver más que la falta de amor en esta persona ...amor en el bien entendido de la palabra , y que todo lo que se le donó lo desprecia y eso lo pierde...quien no tiene amor termina así, perdido irremediablemente de su propia existencia ...sin valorar lo maravilloso que debe ser el trabajo honesto y necesario para forjar una vida en plenitud...ahí lo tenía todo dado y de qué le valió? ...Bien claro es que en esta vida cada quien es su propio artífice ...

estés bien.