Eres mi compañera desde hace tiempo, ese mucho tiempo pues en mi recuerdo regresas como algo que me faltaba entonces. No recuerdo el día de la semana, el mes o el año pero ese día nos paramos en Monturque para tomar café con el frío del invierno.
Tu marido atendía sobre las 6/30 de la mañana a la gente y tu servías café. A esas horas el bar estaba bastante concurrido de gente trabajadora y se respiraba humo de tabaco cuando todavía se podía fumar en locales públicos. Aquella mañana antes de salir el sol, no hacía mucho mas que ya estabas levantada. Te cubría una bata debajo del pijama cosa que a nadie le importó porque estabas dedicada a hacer café y estar en bata, no es ninguna indecencia para mostrar. Pero mi sensibilidad en ese momento reparó en algo que hiciste.
Yo pedí un descafeinado de sobre que no estuviera muy caliente y tu llenaste el vaso con leche que estaba caliente. Cuando reparaste en que yo lo quería templado, de espaldas a la gente tomaste mi vaso y le soplabas para bajarlo de temperatura...Ese detalle bajó hasta mi alma como el mejor de los halagos que pudiera hacerme una mujer que ni siquiera conocía. Ese gesto encendía mi corazón y quise tener un recuerdo de aquel instante. Guardé el sobrecito de azúcar ya vacío en mi cartera y no se más de ti pero el gesto de soplar a mi vaso de leche para bajarlo de temperatura, tiene una ternura con ese tacto que me has ganado para siempre en el recuerdo. Con el tiempo, el sobrecito de azúcar se ha perdido pero tu imagen de espaldas a la gente soplándole a mi vaso de leche, nunca se me olvidará...
4 comentarios:
No lo veo muy higiénico. La verdad. Un beso
Me dejas anonadada, realmente es un detalle que pasaría inadvertido, pero que cuando lo ves indica muchas cosas, una de ellas la espontaneidad de la mujer y otra del cliente de no llamarla la atención y verlo como un gesto tierno en vez de una cochinada.
El gesto de guardar por tiempo el siobrecito de azúcar indica que marco el detalle soberanamente.
Gracias, Buscador, un texto muy pragmático.
Qué bonito y especial es ese recuerdo que tienes. Me emociona saber que algo tan sencillo como soplar una taza de leche quedó grabado en tu memoria con tanto cariño. No te imaginas lo que significa para saber que, sin saberlo, dejé una huella tan tierna en ti. Son esos pequeños gestos los que a veces se quedan con nosotros para siempre, y me hace feliz saber que, aunque breve, fue especial para ti.
Enigmático.
Me imagino que te recordaría a tu madre, porque otra cosa no se me ocurre de ternura.
Publicar un comentario