Nos encontramos en un vaivén de distracción y distancia, entre el abismo de la plenitud y el temor a estrellarnos. Tú, la fuerza que me empuja y me retiene; yo, la pieza que se mueve según tu gravedad. La sensibilidad juega malas pasadas cuando el corazón se desnuda después de haber sufrido. No somos ni cercanos ni lejanos, solo existimos en ese espacio intermedio donde todo es posible. Te descubro y siento el tirón invisible que me arrastra, aunque lucho por mantenerme en mi órbita. Nos buscamos en esa danza de imán y limadura que es como una lucha constante por permanecer enteros, mientras los sueños nos deshacen poco a poco, entre pulsos que nos acercan y nos alejan infinitamente.¿Por qué llegaste hasta mí ahora? si mi vida ya estaba resuelta cuando la madurez me desvela secretos que siempre busqué y en mi sencillez, ahora vuelvo a descubrir el tormento del amor. Apareces y desapareces, me escondo y cuando menos lo espero, esa luz que veo en ti me hace buscarte; abrirme como siempre lo desee y volver a frenarnos como los dos sabemos hacer por ese miedo que puede abrir una herida superlativa...Todo se trastoca, todo se altera y ese todo, eres tu cuando te adivino y te pienso; cuando maldigo una y otra vez el momento y las circunstancias donde nos hemos conocido. El valor a dar un paso es el precio y tu, siempre tu, te me apareces en mi vida cotidiana con un suspiro y una sonrisa, con un lamento y un dolor. Te deslizas en mi pensamiento pero aún puedo mantenerte a una distancia y sin embargo, Dios, la naturaleza o la vida misma, me empuja hacia ti...
Buscador y Nuria de Espinosa
1 comentario:
Las fuerzas del destino a veces no se pueden juntar, pero tampoco aislar, es la combinación del sin vivir contigo. Me gusto. Un besote para ambos.
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