sábado, 15 de marzo de 2025

 


 

 Esta tarde se ha dejado ver el sol. Ya calienta a estas alturas de marzo y la primavera está a la vuelta de la esquina pero mañana vuelve a llover. Parece como si la lluvia creara un clima especial para mis adentros con una calma que se asemeja a una prolongación del detenimiento...El silencio de la calle se interrumpe cuando circula un coche y desde mi azotea, ya se ven a los gorriones preparándose para el cortejo nupcial. 

Vuelvo a cerrarme en mi mismo con una densidad de sentimientos donde no me apetece ver a nadie, solo disfrutar de mi música, mis escritos o un documental de pesca. Cuando llueve mi tejado es un redoble de tambor y el horizonte de pierde en una neblina de agua cuando el atardecer se basa en esa perdida de luz donde la intensidad aminora con la dejadez de un olvido. 

Hoy el atardecer tiene un tono rosa anaranjado. De lejos las nubes de lluvia se van acercando como preparándose para mañana tal si fueran inmensas ballenas o buques cisterna cargados de lluvia que flotan empujados por el viento helado del norte. A veces la soledad es conveniente y sana. Todo se para menos el pensar que va enlazando esos recuerdos que forman mi mundo interior...

Vuelvo a mirar por la ventana y el día tiene prisa con marcharse. Estoy cansado del ajetreo diario y los años ya pesan. La noche está a cinco minutos de distancia. Miro el reloj. Son casi las 8. Antes de dormir, me daré una ducha y sin nada mas de particular, me despido del día 15 de marzo. 

Esta tarde tenía deseos de hablarte desde la distancia... Sin nada en especial...

 

 

1 comentario:

Campirela_ dijo...

Tus conversaciones contigo mismo son enriquecedoras, como bien dices la soledad cuando la buscamos nos llena nuestro mundo interior
Ya llega la primavera se asoma a poquito, pero llegará
Un abrazo.