miércoles, 20 de agosto de 2025

De un tiempo a esta parte

 

 El perfume, los aromas, los olores sin clasificar; todo forma un entramado en mi memoria donde recuerdo a personas, cosas o ambientes. Me deslizo por el recuerdo como si mi olfato estuviera presente en ese momento y hay momentos donde se me hace un nudo en la garganta...Desde mi niñez hasta hoy por la tarde, mi olfato me da la alerta de cosas que son perfectamente reconocibles y ubicables.

Ese olor se repite a veces cuando menos lo espero para llevarme de un pasado a un presente recordándome a lo que fue mi vida por aquel entonces...Sin embargo las personas tenemos un aroma corporal que nos identifica y cuando estamos enamorados, de forma automática identificamos a esa persona que nos quitaba el sueño por su olor característico. Puede ser que nunca jamás lo podamos apreciar pero si hay algo que nos llame la atención, aparecerá esa persona que estaba dormida en el recuerdo. Su aroma quizá no sea agradable como el de un perfume pero lo devoramos con los cinco sentidos. Puede ser gracioso pero su aroma y su recuerdo me lo trae el detergente de la lavadora. No es nada agradable y cuando la olfateé la primera vez no me gustaba nada y cuando caí rendido a sus pies, ese aroma me visitaba hasta en sueños...
 

Hoy, cuando escucho a alguien que me llega al corazón y un perfume ronda por mi nariz, es como si fuera depositando piedras pequeñas por un camino para poder regresar sin perderme pues aquel aroma, ya es mío y de nadie mas...

 

 

 

1 comentario:

Nuria de Espinosa dijo...

Es curioso como los olores son capaces de guardar recuerdos más fuertes que las propias imágenes. Me parece una reflexión íntima y nostálgica, donde el perfume y los aromas se convierten en un puente entre el pasado y el presente, entre lo vivido y lo que aún emociona. Es increíble cómo algo tan sencillo como un olor puede despertar sentimientos tan profundos y personales. Un abrazo