martes, 22 de octubre de 2013

Cuando me enamoro.


Siempre le damos color a lo que nos rodea y color a nuestro corazón; lo que significan las personas con las que nos encontramos, los animales, las cosas y también todo eso que resulta ser incierto. Son matices que nos hacen tener un valor si no exacto, algo parecido con la realidad.
El ejercicio de reconocer los sentimientos de nuestros semejantes y los propios es laborioso en ocasiones. Las sensaciones que vivimos y tener esa memoria tan inteligente que lo guarda todo, hace que se clasifiquen hasta las cosas que no quisiéramos tener. Pienso en ese engranaje que formamos la gente y que  nos une con todo lo demás; el mundo animado e inanimado de nuestro vivir...
...Y entre toda esa maraña donde nos desenvolvemos, un día nos encontramos con una persona de la que nos enamoramos...
Conocer a esa persona por la que se daría todo y el motivo principal de nuestra existencia, es justo cuando empieza a fallar la razón. Me pregunto de qué me sirve lo aprendido y cuantas precauciones procuro tener si la fuerza del corazón puede con todo. Sentir el amor abre ventanas en el corazón. Pensé una vez que la persona que no sufra cambios cuando se enamore es un modelo a seguir pero, no existe...




No hay comentarios: