domingo, 16 de febrero de 2014

El valor de la recompensa


La gente quiere calidad de vida. Valoramos un buen gesto, una buena lectura, una película, nuestro mejor disco, el dinero o, en definitiva, todo aquello que está pensado para nuestra mejor comodidad. Apreciamos tanto el arte como a las personas. En definitiva a ese buen hacer que se siente en nuestro corazón por reconocer el trabajo de otros...
Sin duda el trabajo es un aliciente. Ahora el paro es corrosivo y jóvenes de unos 25 años no saben qué es trabajar porque les pilló la crisis. Yo particularmente, con enorme suerte disfruto con mi trabajo y me gustaría que cada persona lo hiciera con el suyo. Que yo sepa, todo el mundo sea de la condición que sea, disfruta en su corazón al haber hecho una buena labor: Ese es el mejor sentimiento. Las dificultades y los contratiempos, el esfuerzo y a veces el no saber de que manera dar una solución, florecen por todas partes. El trabajo sin duda cuesta trabajo y muchos sin sabores pero, cuando da su fruto, al final de la jornada, estamos satisfechos con nosotros mismos y ese valor que nos damos, es el fruto que no lo supera NADIE...
Esa satisfacción la llevamos siempre en nuestro corazón. Mucha gente que por mala suerte no trabaja, lo hace entregando su corazón al buen hacer aunque no se cobre dinero. El pulso del que tiene voluntad en ayudar, recibe para mi, la mejor recompensa...


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