domingo, 3 de noviembre de 2019

No profanar el sueño de los muertos




Era viajante de una empresa de muebles. Por aquel tiempo le tocó hacer la ruta de Galicia para recorrer pueblos pequeños. Se lo tomó como una excursión ya que sólo trabajaba por la mañana y por las tardes, las dedicaba a turismo rural...

Cada mañana temprano partía de su hotel para hacer la ruta y como cada mañana pasaba al lado de un cementerio que le llamaba la atención; algo había en aquel camposanto que debía ver...Sobre las dos de la tarde ya estaba de regreso y como siempre, pasaba por la entrada del cementerio. Justo en la entrada, un deseo de entrar le invadía como si el destino le invitara a algo extraordinario, algo que a el le daba mucho respeto...La tapia estaba verde por la humedad. Un Ángel de marmol decapitado guardaba la entrada y al parecer, desde la entrada siempre parecía desierto.

Llegaba el último día y la imagen de la entrada del cementerio no se le iba de la cabeza...algo lo llamaba desde su interior poderósamente a la vez que sentía un profundo miedo y una curiosidad creciente. Por fín se decidió ir.

La tarde anunciaba lluvias contundentes y las nubes estaban muy bajas. Las puertas oxidadas no se podían abrir como abandonadas y en su interior no había nadie, sólo soledad. Ese algo lo encaminaba a traves de callejas estrechas repletas de nichos que se antojaban centenarios. Sabía y presentía que iría a encontrarse con algo que estaba relacionado directamente con él y así fué...

Comenzó a llover. En una especie de placita, había una lápida con una grieta. De pronto se escucha el llanto de una mujer que lloraba y no había nadie. Giró varias veces sobre sí y el llanto flotaba en el ambiente pero la lápida le devolvió la atención. Se acercó y en ella pudo leer su nombre con la fecha de ese día tallada...Se rodeó para salir de aquel sitio a toda velocidad. Tropezó y cayó de bruces sobre una lanza de hierro fundido que adornaba una reja. Antes de morir, apareció aquella mujer como venida de ultratumba; era su mujer...

Salió de la pesadilla y del hotel sin decir apenas adiós. Cuando pasó al lado del cementerio, apretó el acelerador pero al entrar en una curva cerrada, chocó de frente con un tractor y la profecía se volvió a cumplir...Su familia lo enterró en aquel lugar. Eran pobres y no podían costear el traslado...




7 comentarios:

Susana dijo...

Muy misterioso. Un beso

Campirela_ dijo...

Los misterios de la vida se nos presentan en la muerte .
Un relato donde el misterio y el terror van de la mano .
Un abrazo y feliz noche.

Tracy dijo...

Interesantísimo relato, lo he leído casi a trompicones por llehgar antes al final.
Me gustó mucho

Sandra Figueroa dijo...

Hay cosas en la vida que si les buscas explicación te sorprenderán..... No debió entrar a ese cementerio.. pero era ese su destino o por curiosidad tuvo respuesta...... Saludos amigo Buscador.

Albada Dos dijo...

Es es morir dos veces, amigo. Un buen y gran texto. Inquietante y bien escrito.

Un abrazo y feliz día

Pitt Tristán dijo...

Moraleja: Si eres viajante no vyas a Galicia.

Victoriano relato, sí señor.

Abrazo.

Flor dijo...

Hola Buscador , me dejas la sangre congelada
vaya relato , eso si que es tener mala suerte , muy bueno
me a gustado mucho , pero me da mucha pena por el pobre
viajante , te deseo una feliz semana besos de flor.
pd , voy a leer la otra entrada , ahora te comento vale .