A veces ocultaba cosas para que nadie las supiera. Escondía defectos a cambio de una imagen pulcra y un pensar claro; sabía hacerlo muy bién. "La vida es un reto y voy a ganarle la mano" pensaba cuando comenzaba su vida política. Era ágil a la hora de responder con una exposición de ideas que aplaudían los de su partido. "Es un vencedor con un futuro implacable"...decían sus seguidores. A ojo de buén cubero, el exito para un buén puesto en el gobierno estaba garantizado. No se permitía un error en su carrera política. Sus trapos sucios los guardaba bién guardados con el perfume de las apariencias.
Era un buén orador. Padre de familia ejemplar así como el mejor marido con una mujer como prototipo de la felicidad; eran el matrimonio perfecto.
Las apariencias podían a los defectos durante un largo tiempo. Era amigo de la clase más influyente pero, pasados unos años, su corazón se resentía con cambios de ánimo, dejadez en el aspecto y palabras sin sentido...Miles de cosas vanas debía de organizar en su cabeza porque vivía en un mundo donde la mentira mas increible de todas las formas de vivir se hizo realidad. Los arranques de mal humor los pagaban su mujer y sus hijos pero a vista de las cámaras de televisión, emanaba una serenidad y un buén hacer casi inauditos.
Pasaba el tiempo y los agujeros del alma ya eran lagunas hasta que poco a poco, su corazón explotó con la razón y se le fué la cabeza...Sus amigos políticos temían de que dijera cosas ocultas y corruptas. Le dieron de baja en el trabajo por estrés. Se convirtió en un monstruo donde ni el mismo se reconocía y su vida, era pura soledad; sin un amigo de verdad que le preguntara cómo estas ni su mujer que terminó abandonándolo. Tan solo su mentira le acompañó transfigurando la verdad, la verdad que nunca encontró en su corazón...
1 comentario:
El tipo, imagino que tras la explosión de la razón, cambió de oficio, tal vez se hizo jardinero.
Un abrazo y feliz sábado
Publicar un comentario