Mi memoria guarda una cicatriz. Son muchas la cicatrices pero siempre tenemos una en especial que no nos deja en la memoria porque su recuerdo sigue doliendo...Amplio es el perdón para tener la conciencia tranquila y en paz pero hay cicatrices con fuerza de gravedad que nos llevan a un centro infinito y nos sentimos entonces desarmados. Una herida nos cambia la vida cuando viene de golpe; sin esperarla en nuestra inocencia. Está quien se repone y sigue adelante, está quién la arrastra hasta la muerte...La complejidad y la sencillez compiten en su proceso de maduración. La complejidad es un largo camino, la sencillez es la fácil solución. A veces nos recreamos con el recuerdo como si viviéramos ese momento y los sentimientos juegan a favor o en contra. Yo tengo una cicatriz de tantos años perdidos por una herida, que no terminaba de cerrar...y la vida seguía su curso imparable con personas que circulan por la calles como yo por las aceras de Córdoba. Yo, persiguiendo un sueño, los demás cada cual con los suyos. Me emocionan mis palabras porque me traen más recuerdos y ahora, mi sensibilidad va de puntillas por la vida porque mi cicatriz, antes fué mi herida...ahora los restos de un temporal.
2 comentarios:
Inevitable el vivir y no cosechar heridas. Algunas se olvidan, las importantes dolerán por siempre. Saludos.
Hay cosas que nunca se olvidan aunque pasen décadas. Un beso
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