De nuevo soy silencio y la música nace como el sentir de ti en mí. La densidad del momento se hace sensible con esa fuerza de gravedad que me lleva para mis adentros; como dejándome llevar a viejos lugares de mi memoria que ya están gastados por repetirse en cada nota inmortal. Te recuerdo aquel Viernes Santo en tu mirada que me decía espérame y la música de tu gesto que me lleva y me trae cuando todos estos años no he besado a nadie de forma especial. Ojalá no existieran las palabras porque yo, sólo busco mis silencios y que me dejen en paz...
3 comentarios:
Los recuerdos a veces duelen demasiado. Un beso
Buscar el silencio y la paz puede ser muy molesto para quien no comprende nuestra razones.
Saludos,
J.
En el silencio los recuerdos se magnifican y se hacen enormes. Ese Viernes Santo fue inolvidable, qué belleza.
Un abrazo fuerte, amigo.
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