lunes, 21 de julio de 2025

No sirves para nada.

 


 

 Una madre y un padre querían con locura a su único hijo; darían su vida por el. Tal era el amor que le profesaban que hicieron del chico un inútil...Le prohibían cosas que ellos no consideraban que fueran correctas y apuntando a su corazón, le inculcaban cómo y de qué manera debía de pensar. En todo ello su padre puso voluntad hercúlea y el niño se pensaba que vivía en la mejor familia del mundo. Lo obligaban a estudiar y para ello le castigaban, le pegaban, le prohibían y le comparaban con otros chicos que sacaban buenas notas. No le dejaban que hiciera algo de propia iniciativa porque para eso estaban ellos en hacérselo. Le pelaban la fruta haciéndosela trocitos pequeños y hasta las manualidades que le mandaban en la escuela, su madre se las hacía...Nunca lo dejaban ir a excursiones con otros chicos porque por miedo, temían que su hijo se fracturara un pie o un brazo. De esa manera y con un acoso continuo, su hijo fue creciendo en la abundancia de ser un inútil...

La frustración de no saber hacer nada, el complejo de inferioridad, la amargura de tener que hacer cosas que no quería así como pensar de otra manera según su padre...El tener que estudiar la carrera de abogado pues su padre soñaba con ver a su hijo con un traje y una cartera llena de pleitos pero, su padre se daba cuenta de que su hijo no sabía hacer nada ¿cómo podía ser aquello si le enseño cómo era el mundo?.

Este chico llegó a la introversión creando un mundo lleno de fantasías. Sufría de altibajos emocionales y el sentido de la realidad se fue perdiendo poco a poco cuando la locura fue ocupando su lugar. " Este niño no está bien"- pensaba su padre- y hasta le llego a decir que la daba asco de verlo por las cosas que decía o hacía.

Cuando por fin perdió la cordura, lo llevaron a un psiquiatra y lo primero que dijo su padre era que estaba dispuesto a vender sus vienes con tal de ver a su hijo curado.

Pasaron los meses y el mismo médico llamó a su padre para decirle que su hijo estaba así por la educación que le había inculcado desde que nació.

 

 

3 comentarios:

Campirela_ dijo...

Qué texto más duro, a veces los padres no saben dar esa felicidad a sus hijos.
Una crueldad dañar a la persona que ams ha de quererse, como son los hijos. Un abrazo.

CarlosMxAx dijo...

cuanta realidad de hoy día, con los padres de algodón y los hijos de cristal.

saludos

JLO dijo...

En una generalidad, los padres (género masculino) somos el gran problema. En fin, es la triste realidad.