domingo, 23 de noviembre de 2025

Allá donde te observas, estás tú.

 

 

Llega mi tiempo donde mi cabeza se llena de recuerdos y, hay años donde no recuerdo nada; como si estuviera dormido o inerte tal si fuera en este tiempo la savia de un árbol que iverna. Hay años que se escapan de mi memoria en estos momentos mientras mi corazón latía y latía y yo me alimentaba además de trabajar sin cesar...Sin embargo, y aun a pesar de los pesares, me siento a cada segundo que pasa porque estoy vivo donde el olvido no existe.

Muchas veces tenemos la capacidad de dejar pasar las cosas; de olvidar esos momentos que te hicieron daño de alguna manera porque de otra manera, no podríamos existir. Los buenos sentimientos pueden a la maldad de lo que sucede y mi vida, está llena de espacios en blanco porque de haberlos llenado, me harían mal.

De todo aprendemos y todo nos enriquece. Estos días el otoño se ocupa de nosotros y de nuestra intimidad. Entonces rescatamos recuerdos que parecían dormidos pero que nos hacen revivir. En mi caso, estos días pasan bañados de melancolía pero dulces en mi estado de ánimo...

Me siento cansado.

 

 

1 comentario:

Campirela_ dijo...

Un cuento donde nos hace pensar y sentir que hay que tener más atención con aquellas personas que aunque parezcan que no escuchan , están atentas , y esa edad les hace sabios .
Gracias, Buscador, un abrazo.