Esta canción de Mark Isham fue mi favorita durante mucho tiempo. Me
maravillaba la profundidad de esa voz que me transmite cosas que voy
acumulando con la edad...Nunca me cansaré de escucharla y no sé por qué,
me da la impresión de que cada persona tiene su sabor sentimental ( yo
al menos lo catalogo así ). Pienso que una de las capacidades más
genuinas que puede tener un ser humano es aquella que recoge tantos
sabores, como especias puedan existir en el corazón de la gente que se
intenta conocer. Cuando el destino lo quiere y lo requiere, me hace ser
cómplice de lo memorable y muy muy especial de encontrar un alma
parecida. En verdad, son pocas las ocasiones que me sucede pero es tal
felicidad y dicha que no cabe duda de que sentir amor o devoción, están
al alcance de cualquier persona . La cantidad de matices que se
desprenden en nuestros gestos y nuestras miradas; en un día cualquiera o
en lo que nos sucedío en un pasado, forman un entramado tan especial
que ese momento se llena de lo más autentico. La voz de Marianne
Faithfull me recuerda mucho a la hondura de Chavela Vargas y a la
esencia de Buscador...
El buen gusto y la sencillez de este tema no están ausentes de
tantísimos matices que descubro en cada audición y mi oído, se va detrás
de esa trompeta que vuela como un Halcón (THE HAWK).
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