martes, 17 de julio de 2018

La caida del Imperio Romano




Todo estaba perfectamente controlado: amarrado...Tenía controlado hasta el más mínimo detalle de qué manera lo iba a abordar para terminar de darle una bofetada. Ella era una mujer integra para que nadie jugara con sus sentimientos; una mujer de una vez que toreaba a los hombres sin que nadie se riera de ella. Mirándose al espejo, repetía en monólogo su discurso y sus gestos, todo estaba preparado al milimetro como un dardo que se dispara al corazón.

Quedaron en la misma cafetería sobte las 11 de la mañana. Se arreglaría como siempre y con paso decidido, fué al ataque.

El estaba de espaldas tomando un café, no sabía que llegaba ella pero su corazón ardía en deseos.

En ella ardía el deseo y el odio, el amor y los nervios...

Tocó su hombro con breves golpecitos y cuando se rodeó, la estrecho entre sus brazos y la besó y ella, como caída del cielo dijo: Te echaba mucho de menos...y siguió besándolo.




2 comentarios:

Mujer Virtual dijo...

Ceder[se] ante el amor, con miedo y confianza, bello relato; Buscador.

Si estás participando en el tema de esta semana te recomienddo pases a dejar tu enlace en el blog de Dafne SInedie, te dejo su enlace.
Un abrazo

https://indefinidamenteeneltiempo.blogspot.com/2018/07/convocatoria-del-jueves-190718-el.html?showComment=1531679023451#c5596049436223059619

Pitt Tristán dijo...

¡Ohhhhh, Buscador! ¿Este es el origen de aquella frase que hizo famosa Chiquito de la Calzada?: Te voy a hacer la caída de Roma...

Vivir para ver.

Magnífico.