Pedid y recibireis

Los dedos se entrelazan y el espíritu se eleva al cielo buscando respuesta...Se ponen los mejores deseos en hallar, en buscarse; repitiendo nuestra plegaria con toda la sinceridad por saber de qué manera podemos actuar,cómo podemos dar paz a nuestro corazón o a ese ser querido. Lo divino me empuja a entrelazar los dedos de las manos en soledad, en silencio, en perpetua búsqueda de una luz con la sensibilidad de mi oración pidiendo para recibir. Orar nos hace más personas en este mundo donde todo son ruídos del corazón...Nuestra mirada se pierde a lo profundo, desnudos y frágiles, en una espera con una señal que nos ayude a vivir, que nos de un descanso para justificar nuestro Amor. Hablar a Dios es un ejercicio de intimidad. Nos entregamos a la oración y nos dejamos llevar de su mano en un amor que nos hace fuertes como rocas; seguros para vivir nuestra realidad de forma que la mentira no encuentra sitio.

...y pido por mi amiga Gó y sus ausencias mientras le escribo este texto pues no hay nada más hermoso que dar buenos sentimientos y mi alma, se ensancha como un río pidiendo cosas que son sólo nuestras por derecho para vivir...