miércoles, 3 de abril de 2019

Al natural







Miraba los algodoncillos volar aquella tarde de verano. Hacía calor a las horas de la siesta y las dos amigas estaban en la piscina. Julia encontró la pluma de una paloma torcaz con la que jugaba y Ana soñaba con irse lejos como los algodoncillos a ninguna parte, a ningún lugar...

Eran inseparebles cuando llegaba el verano y ansiado encuentro en las demás estaciones por vivir las dos en tierras lejanas. Ana soñaba con su amiga que era su mejor tesoro y Julia, la chica hermosa que traía novedades y modas de la ciudad. Después de un chapuzón, se sentaron al borde de la piscina en silencio; en armónico silencio a la sombra de un almendro.

Ana santió un esremecimiento y unas cosquillas que subían desde la columna vertebral hasta su nuca cuando Julia jugaba con la pluma. La rozaba con delicadeza en los hombros y bajaba por la espalda con olas de placer y rubor. Se paseaba por el antebrazo y Ana se reía cuando la rozaba con la pluma las axilas...se paseaba casi rozando por el cuello y acariciaba el lóbulo de la oreja haciendo eses delicadas. Ana tenía el vello de punta y los ojos cerrados. Julia acercaba su aliento al cuello y su oido llamándola al deseo con la respiración ardiente; esa magia estremecía a Ana que cerraba los ojos ante lo que nunca jamás había sentido...La pluma rozaba sus labios y bajaba por el cuello hasta sus pechos pero subía otra vez para rondar por las mejillasy bajaba por los brazos casi inertes. Julia le pregunta: ¿Quieres que siga? y ella respondía: sí por favor...

La pluma bajaba hasta su vientre y daba la vuelta a su cintura con extrema delicadeza. La respiración de las dos chicas era prufunda miestras el filo de la pluma rozaba los pechos de Ana donde los pezones estaban de punta detrás del bikini. Julia ardía de pasión. Ana deseaba que aquello no acabara pero se mantenía quieta, muy quieta. Julia se paseaba por las ingles de las piernas abiertas casi rozando su secreto con la pluma y Ana se desesperaba en deseos...¿Sigo? le preguntaba con delicadeza Julia y Ana, ya no hablaba con sus labios abiertos de par en par y el bikini mojado. La pluma volvió a subir a los pechos y de la pluma se pasó a las manos maestras de Julia. Las areolas negras abultaban cuando las manos de Julia apretaron los pechos de Ana hasta sacar de ella un gemido...

Aquella fué la primera vez para Ana y el mundo de los sentidos. Sintió la lengua de su amiga dentro de su boca y era agradable el sabor de la saliva. ¿Sigo? le preguntaba Julia con sus pechos rosas al descubierto y de Ana brotaba la miel de las vida como panal de aveja cuando se abrazó a Julia aquella tarde de verano...Suplicando le decía al oido: No me dejes más, sueño contigo todo el año...



5 comentarios:

Campirela_ dijo...

Una entrada donde el amor de estas dos mujeres no fingen sentirlo en una noche de verano que podría ser el preludio de una gran a ventura ..
Un texto muy bueno ..
abrazos .

Aderet Ela dijo...

Buscador creo en el amor fiel y sincero,
ese que no se esconde y es bendición a quien lo siente.
Muy bonito escrito,
Gracias :0)

Carmen Troncoso Baeza dijo...

Muy buen texto amigo, es muy sensual y es envolvente, ojo con los detalles de la ortografia, un abrazo feliz!

dijo...

Poeta de la pasión!!
Parece que se te da también genial!
Felicidades,amiguco
Besucos

Sandra Figueroa dijo...

Un texto muy sensual...Amoroso momento apasionado y juguetón....Dos mujeres y la pasión..........Saludos amigo.